Fuente de los Titanes, Valladolid
Este miércoles 14 haremos el siguiente café filosófico a las 19:00 horas en la Casa de Cultura de Zumárraga.
El día 7 se propusieron tres temas:
- ¿Existe la verdad?
- ¿Debe el exterior reflejar siempre el interior?
- ¿Por qué consumimos prostitución?
Elegido el tercero, los 8 asistentes profundizamos y problematizamos algunas ideas:
P. dijo que hay que tener en cuenta que la prostitución se produce dentro de un sistema capitalista que convierte también el sexo en producto de consumo, y se diferenció entre una prostitución aceptable o legal, por ejemplo, el consumo de pornografía, y una prostitución no aceptada, alegal o ilegal, que supone una relación sexual a cambio de dinero. No todos aceptaron esta distinción e I. defendió que la pornografía no es prostitución, puesto que no hay una relación sexual directa y personal entre el consumidor y los actores y actrices que actúan en los vídeos y películas porno. Sin embargo, S. defendió que sí, ya que los actores y actrices venden su cuerpo con una finalidad sexual a cambio de dinero, y este criterio es suficiente para considerarlo prostitución. De igual manera, A. añadió que una actividad como el "streptease" no se consideraría prostitución, al no haber una relación sexual directa y personal.
¿Y por qué se consume prostitución? Una primera respuesta de P.: por la necesidad de satisfacer nuestros impulsos sexuales. Otra respuesta de J.: porque vivimos en una sociedad machista y la prostitución es una forma de que el hombre demuestre su superioridad ante la mujer, humillándola y tratándola de cualquier modo. Esta última respuesta describía la imagen habitual que tenemos de la prostitución: una actividad violenta, humillante, sin respeto, practicada por mujeres en situación de explotación, amenazadas, etc. Sin embargo, M. y E. describieron una forma de prostitución ejercida desde la libertad entre dos personas que llegan a un acuerdo comercial y en la que la relación sexual está basada en el respeto. No obstante, J. consideró que incluso esta prostitución ejercida con consentimiento mutuo y en la que se mezcla el sexo con el dinero es una falta de respeto, aunque ninguna de las dos personas la viva como una falta de respeto. Para explicar por qué se considera la prostitución consentida y acordada una falta de respeto y no se considera una falta de respeto venderse para realizar otro tipo de trabajo, se apuntó la hipótesis de nuestra herencia moral platónico-cristiana, en la que el cuerpo y el sexo son considerados intrínsecamente sucios y pecaminosos. Y si esto añadimos el dinero, que también es considerado en algunas ideologías como un elemento sucio y corruptor...
E. apuntó también la necesidad de consumir prostitución cuando es muy difícil establecer una relación sexual e íntima por los cauces habituales en la sociedad. Incluso se puede recurrir a una prostituta para buscar compañía e intimidad sin llevar a cabo una relación sexual, lo cual, si aplicamos un criterio que restringe la prostitución a sexo, no se consideraría prostitución. Sin embargo, J. criticó este planteamiento y estableció una analogía entre acudir a una prostituta y acudir a un psicoanalista, puesto que en los dos se habla, se paga y el resultado puede ser curativo. Pero A. añadió que hay una diferencia: aunque el resultado pueda ser el mismo, los motivos son distintos: uno va al psicoanalista a solucionar un problema mental y el motivo de acudir a una prostituta para hablar es búsqueda de compañía e intimidad.
M. y E. introdujeron un tema también interesante: el hecho de que la tecnología está diversificando y ampliando nuevas formas de prostitución, ya que, prácticas como desnudarse o masturbarse ante alguien delante de la cámara o enviar fotos sexuales a cambio de dinero también podrían considerarse prostitución.
Por último, se pidió a los participantes una palabra o aportación final sobre el tema o la sesión: respeto, libertad, complejidad, perspectivas, aprendizaje y otra pregunta: ¿En el sexo: orgasmo sí o no?
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