martes, 26 de junio de 2018

ALGUNAS EXPERIENCIAS FILOSÓFICAS

Fotografía: Mertxe Peña
Interesantes e intensos los cafés filosóficos del 8, 15 y 22 de junio. Los dos primeros (y sin quererlo el tercero también) giraron en torno a la identidad: ¿Quién soy yo?¿En qué consiste mi identidad? ¿Hay un yo que se mantiene idéntico pese a los cambios  o no existe tal yo y solo somos un conjunto de transformaciones?

Antes de hablar sobre el contenido de las sesiones, me gustaría compartir algunas experiencias que vivimos esos días.

Experiencia 1. Algunos participantes que vinieron con miedo por el adjetivo “filosófico” se convencieron de que es posible pensar filosóficamente sin tener ni idea de filosofía. 

Experiencia 2. Fue el primer día y la primera intervención: alguien habla, alguien no entiende a quien ha hablado, éste se lo vuelve a explicar, la otra persona sigue sin entender. Es decir, ¿por qué cuando yo creo que hablo claro alguien no me entiende? En el tercer café volvimos a esta cuestión e indagamos en ella. Por eso hago hincapié en la lentitud, la escucha y la reformulación como formas de asegurar que nos vamos entendiendo.

Experiencia 3. Una nueva participante subrayó la grata experiencia de haber encontrado un lugar donde poder explicarse sobre un tema que se elude en la vida cotidiana pero que nos atañe tanto como es la pregunta por uno mismo. Este es, precisamente, uno de los objetivos de los cafés: ofrecer esa posibilidad. Somos seres pensantes y seres lingüísticos que necesitamos, claro que sí, explicarnos.

Experiencia 4. Apareció, cómo no, otra vez, la relación entre el pensamiento y el lenguaje debido, por una parte, a la dificultad de encontrar las palabras adecuadas para articular nuestros pensamientos y, por otra, a la dificultad de definir las palabras que utilizamos habitualmente y establecer diferencias con otras palabras. Así ocurrió con términos como “conciencia” y “consciencia”, “identidad” y personalidad”, “cultura”,“dignidad”, etc.
Fotografía: Mertxe Peña

Experiencia 5. Curiosa ha sido también la experiencia de topar con lo inefable, es decir, de no poder convertir en palabras determinadas intuiciones o ideas por considerar que se refieren a una realidad que está más allá de lo expresable. Es lo que Wittgenstein llamaba el ámbito de “lo místico”, sobre el cual recomendaba, por cierto, guardar silencio.

Experiencia 6. Pensar filosóficamente requiere aprender a hacerse responsable de lo que uno piensa y dice y, sobre todo, de sus implicaciones. Nuestras ideas no están aisladas en nuestra mente, están conectadas entre sí y, por lo tanto, es posible que caigamos en contradicciones, que digamos una cosa que no es coherente con otra. Estas contradicciones son inevitables y necesarias para aprender a pensar con rigor y con sentido autocrítico. No recuerdo quién dijo que solo las bestias y los dioses no pueden ser “filósofos”, es decir, amantes de la sabiduría: las unas porque no pueden acceder a ella, los otros porque ya la tienen. Solo el hombre está en medio, entre la ignorancia y la sabiduría. Basta con empezar a pensar para caer en contradicciones. Lo inteligente (y lo sano desde un punto de vista mental) es aprender a detectarlas, aceptarlas y superarlas.

Experiencia 7. Otra nueva participante, al no conocer el carácter lento del diálogo filosófico, experimentó algo habitual en nuestra cultura debido a nuestro estilo “acelerado” de vida: que no avanzábamos. Pero en los cafés filosóficos no pretendemos llegar a ningún sitio concreto. Es una exploración en torno a las ideas que manejamos. Por supuesto, casi siempre alguien llega, siguiendo con el símil de la exploración, a algún claro,  a alguna una idea que, por alguna razón relacionada con su experiencia o situación, es especialmente significativa y clarificadora, pero como un lugar de paso al que se llega sin querer.

Fotografía: Mertxe Peña
Experiencia 8. Alguien dijo que, en lugar de salir con respuestas, salía de la sesión con más preguntas. Y otro añadía que había entrado con unas ideas muy claras sobre el tema y que al poco tiempo se le habían desmoronado como un castillo de cartas. Es así: la filosofía nos aporta muy pocas certidumbres y muchas preguntas, pero sí nos ayuda a entender mejor las preguntas que nos hacemos y, sobre todo, a entendernos mejor a nosotros mismos en relación con las inquietudes filosóficas que, más consciente o inconscientemente, todos tenemos.

Experiencia 9. Otro participante más veterano puso de relieve que en los cafés había pensado en cosas que no había pensado nunca. ¡Claro! La filosofía nos lleva a territorios ignotos, sorprendentes, impensables, que ni sospechábamos que existían, incluso vertiginosos, pues en ocasiones visitamos sus  límites. Todo amante de la filosofía es un aventurero que tiene la valentía de salir del modelo mental en el que vive. No en vano Kant formuló la actitud filosófica como un “atreverse” a pensar por uno mismo, pues era consciente de que la tendencia mayoritaria era (y sigue siendo) la contraria, la de no salir de mis propias ideas para no sentir miedo o inseguridad.

Ni qué decir que a mí me satisface mucho escuchar estas experiencias cuando al final de cada sesión les pido a los participantes que hagan una valoración de la misma.

Así pues, ¡bienvenidos a la filosofía!

Otro día hablaré de las ideas que surgieron en torno a la identidad.


viernes, 1 de junio de 2018

CAFÉS FILOSÓFICOS DE VERANO


   - ¿Te apetece pensar y dialogar en grupo con libertad y cierto rigor?

 - ¿Quieres reflexionar sobre tus propias ideas para entenderte y entender mejor a los demás?

- ¿Quieres desarrollar tu pensamiento crítico?

- ¿Te gusta profundizar sobre temas actuales o intemporales?

Te invitamos a hacerlo en los cafés filosóficos de verano:

- Viernes 8, 15 y 22 de junio y miércoles 4, 11 y 18 de julio
- De 18:00 a 19:30
- Salón de Actos de la Casa de Cultura de Zumarraga

En cada sesión se podrán proponer distintos temas o preguntas o, en caso contrario, elegir uno de los siguientes: 


- ¿Quién soy yo? ¿En qué consiste mi identidad?
- ¿Es posible ser apolítico? ¿Vamos hacia una sociedad despolitizada?
- ¿Ha vencido la funcionalidad a la belleza?
- ¿Queremos seguir siendo los hombres y mujeres diferentes en algo?
- Vascos: ¿tiene remedio lo nuestro?
- ¿”Otro mundo es posible” o es solo una frase bonita?
- ¿Qué está pasando en la educación de niños y jóvenes?
- Tecnología: ¿más liberados o más dominados?
- ¿Ha muerto Dios o solo está dormido?
- ¿Para qué trabajamos?
- ¿Es posible aceptar la muerte propia o la ajena?
- Capitalismo y globalización: ¿esperanza o amenaza?
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