martes, 20 de diciembre de 2016

LOS VALORES EN JUEGO

Fotografía: Mertxe Peña
Hace algún tiempo los clubs deportivos de fútbol, baloncesto y balonmano de la comarca reunidos en Kirol Busean Elkarrekin, me propusieron llevar a cabo unas iniciativas sobre los valores y el deporte. El resultado es un par de conferencias y una sesiones formativas de sensibilización con los jóvenes deportistas.

La primera conferencia está dirigida a los equipos técnicos y será en la casa de cultura de Legazpi el jueves 22 de diciembre a las 19:00.

La segunda conferencia es abierta, está dirigida al público joven y adulto en general y se realizará en el salón de actos Labeaga de Urretxu el jueves 29 de diciembre a las 19:00.

En ambas conferencias haré una reflexión sobre el deporte y los valores desde una perspectiva educativa y humanista. El guión será el siguiente:

  • Ética, deporte y valores
  • Competitividad
  • Excelencia
  • Valores instrumentales y finales
  • La identificación con el grupo
  • El papel de los clubs y de los padres

Posteriormente, a lo largo de los siguientes meses llevaré a cabo una sesiones con los jóvenes deportistas donde intentaré hacerles pensar y sensibilizarles sobre estas cuestiones.

martes, 11 de octubre de 2016

AQUEL DÍA EN QUE SE ME QUEBRÓ LA VOZ

Hace años se incluyó, entre otras obras, una pequeña antología poética de Blas de Otero (Bilbao, 1916 - Majadahonda, 1979) como lectura obligatoria en 2º de Bachillerato. Y durante los últimos 3 o 4 años he estado leyendo sus poemas a mis alumnos intentando hacerlo de una manera sentida, lo cual me resultó sumamente difícil en un principio debido al ambiente nada poético y más bien prosaico de una clase de Lengua y Literatura.

Sin embargo, años tras año, me he esmerado en recitar y declamar cada poema y las respuestas de los alumnos han sido diversas. La mayoría me lanzaba una mirada atónita e incrédula al percibir el tono y la cadencia de mi lectura, pues esperaban que leyera el poema como se lee una receta de cocina. Otros se avenían al juego y me acogían de buena manera, dejándose llevar por la intensidad de los versos. También había quien mostraba con una forzada sonrisa su incomodidad ante una sinceridad a la que muchos alumnos no están acostumbrados en el mecánico y rutinario mundo escolar. Sin embargo, sobrepasados los primeros momentos de desconcierto, el alumnado ha respondido con silencio y respeto. Es más, tras cada lectura he tenido la sensación de cumplir mi objetivo: traspasarles el alma con el poema durante unos momentos, hacerles experimentar el envés de la realidad cotidiana y facilitarles el acceso a la experiencia estética a través, en este caso, de la expresión poética, desesperado intento humano de desentrañar el inefable misterio de la existencia. Pienso que la enseñanza debe facilitar a los alumnos no sólo que aprueben, sino también que "prueben" experiencias que les ayuden a comprender el sentido de lo que aprenden y aprueban.

De entre los doce poemas he elegido "Ciegamente", magnífico soneto de amor, no a una mujer, aunque pueda parecerlo por el inicio, sino, más bien, un grito ahogado, una llamada angustiosa, una búsqueda desesperanzada de Dios, incluso de su cuerpo, de su belleza, hasta el punto de desear morir para encontrarlo. Pertenece a su época existencial.

 ¿Por qué lo he elegido?

Fotografía: Mertxe Peña
Pues... lo he elegido porque, en cierta ocasión, mientras lo iba leyendo, yo mismo me daba cuenta de que estaba siendo una lectura distinta y que la carga emocional iba siendo cada vez mayor. Hasta que, cuando inicié el último terceto y me dispuse a pronunciar con gravedad ese "porque quiero morir, morir contigo esta horrible tristeza enamorada que abrazarás, oh, Dios, cuando yo muera"... en mitad del verso... ¡se me quebró la voz y acongojó el alma!

Al principio me apuré por la incertidumbre: algo había pasado y no sabía cómo iba a reaccionar ni yo ni mis alumnos. Ellos también se dieron cuenta del quiebre de mi voz, claro, y me miraban expectantes, sin saber qué venía a continuación. Lo primero que me vino a la mente fue: "Disimula, haz como que no ha pasado nada y empieza a hacer el análisis del poema". Sin embargo, habiéndome deshecho ya de la estúpida y perjudicial pretensión de aparentar ser invulnerable, seguí dejándome llevar y me permití algo que me gustaría hacer más a menudo: me permití en ese momento ser lo que soy, no desde ese cansino ego arrogante que siempre está a la defensiva para proteger la imagen que quiero dar, sino desde ese yo un poco más profundo que quiere, simplemente, ser lo que soy. 

Así que, inspiré y expiré para liberar la emoción que provocó la fractura. Les miré y les dije con la voz todavía temblorosa y afectada: "Lo siento... pero... pero me he emocionado en la última estrofa...". Entonces, intenté explicarles qué es lo que creía que me había ocurrido, pues, hasta yo mismo estaba un tanto desconcertado. Acerté a decirles que era como si a lo largo del poema hubiera ido perdiendo la noción del espacio y del tiempo y me hubiera ido sumergiendo en los significados entrelazados de las palabras hasta "entrar" de una manera profunda y total en el Significado del poema, de tal forma que yo ya no leía, sino que era el poema, yo también era una horrible tristeza enamorada, deseosa de que Dios me abrace cuando yo muera. Que aquellas palabras, misteriosamente, habían adquirido en ese momento una significación especial, como si me hubieran transportado a ese envés de la realidad, como si hubiera sido traspasado por la magia de la belleza y el lenguaje...   

Luego sonó el timbre y me fui. Al día siguiente, cuando entré en clase, había un silencio distinto, me refiero a que no tuve que esperar ni pedir que se callaran. Estaban todos ya preparados. Y uno de ellos me preguntó con una sonrisa en los ojos: "Hoy toca también leer un poema, ¿no?". Y me sentí feliz, esa felicidad que no la buscas directamente pero te sobreviene y hace que vuelvas a recuperar la ilusión de arriesgarte a hacer ciertas cosas. "Fíjate, pensé, has conseguido que por lo menos una persona (o quizá más) haya pasado de ignorar por completo la poesía a desear leer un poema". Pequeñas grandes victorias.

Os dejo con el soneto. Os recomiendo que lo leáis en voz alta, lentamente y con intensidad, ralentizando sobre todo el final... y permitiéndoos ser. 


Fotografía: Mertxe Peña

CIEGAMENTE

Porque quiero tu cuerpo ciegamente.
Porque deseo tu belleza plena.
Porque busco ese horror, esa cadena
mortal, que arrastra inconsolablemente.

Inconsolablemente diente a diente,
voy bebiendo tu amor, tu noche llena.
Diente a diente, Señor, y vena a vena
vas sorbiendo mi muerte. Lentamente.

Porque quiero tu cuerpo y lo persigo
a través de la sangre y de la nada.
Porque busco tu noche toda entera.

Porque quiero morir, morir contigo
esta horrible tristeza enamorada
que abrazarás, oh, Dios, cuando yo muera.



martes, 6 de septiembre de 2016

VÍDEOS DE LOS TALLERES DE FILOSOFÍA PARA NIÑOS EN BENAVENTE

Los miércoles de este agosto pasado he llevado a cabo de manera desinteresada y gratuita unos talleres de filosofía para niños en Benavente (Zamora), de los cuales resaltaría algunas cosas:

El apoyo e interés de la Concejalía de Educación y Bienestar Social del Ayuntamiento de Benavente, encabezada por Antonio Vega, quien no solo puso los medios necesarios, sino que además... ¡asistió en persona a dos de los talleres! Y al último de ellos acompañado de Marta, técnica de la concejalía, tal y como podéis ver el el vídeo del día 24. Ambos quedaron muy satisfechos con la metodología utilizada, con la respuesta de los niños y con la experiencia en general y, tal y como me confesaron, con ganas de dar continuidad durante el curso a este tipo de talleres para desarrollar el pensamiento "creacrítico". Fue también el concejal de Educación quien diseñó el cartel que anunciaba los talleres y que podéis verlo arriba a la izquierda. Gracias, Antonio.

Los niños, Marta, Antonio y entre ellos yo
Por lo que a mí respecta, ha sido una experiencia que me ha ayudado a adquirir seguridad y vencer la ansiedad y la incertidumbre provocadas por la misma metodología. Quiero decir que yo llevo un guión (cuento y preguntas), pero las sesiones pueden ir por derroteros inesperados en función de las respuestas de los participantes y cualquier cosa que vaya pasando en la sesión, como el caso inicial (que podéis ver en el vídeo del día 24) de la silla más baja en la que se sienta un niño y que dio pie a hablar sobre la igualdad. Por otra parte, es una metodología que, siendo lúdica y rigurosa a la vez, se puede aplicar y adecuar a cualquier edad y colectivo y es capaz de despertar el potencial crítico que todos tenemos. Espero seguir mejorándola con la práctica. Gracias, niños, por vuestra participación y buena acogida.

Aquí tenéis el enlace al diario La Opinión de Zamora con la rueda de prensa del concejal de Educación Antonio Vega.

Aquí el enlace al diario La Opinión de Zamora con la noticia sobre el primer taller del día 3 de agosto.

Aquí el enlace al vídeo del taller del 24 de agosto.

Aquí el enlace al vídeo del taller del 10 de agosto.

Gracias, Mertxe, por las grabaciones.

miércoles, 6 de julio de 2016

SOBRE LA EZPATA-DANTZA, LOS NUEVOS PANTALONES BOMBACHOS Y LOS CHICOS Y CHICAS

Durante casi 10 años formé parte de la Banda de Chistularis de Zumarraga (tocaba el chistu o flauta de tres agujeros). Aparte de los pasacalles, alardes, conciertos... que dábamos a lo largo del año, el momento estelar era tocar la ezpata-dantza (baile de las espadas) el día 2 de julio. Año tras año tuve que ir aprendiendo a sincronizarme con mis compañeros txistularis y también con los dantzaris para tocar y "bailar" la partitura. Debido a que algunos dantzaris cambiaban de un año a otro, fui conociendo y comparando distintos estilos y creándome un gusto, es decir, unos criterios para apreciar y valorar qué forma de bailar me gustaba más o menos y por qué. Básicamente, los criterios que utilizaba y que sigo utilizando, además de la técnica agilidad supuestas, son tres: elegancia, brío, y estatura.

ELEGANCIA. La elegancia se consigue ejecutando los movimientos sin brusquedad ni rigidez, sin urgencia pero tampoco ralentizándolos. Para mí, la ezpata-dantza debe transmitir levedad y ligereza en saltos, cabriolas y movimientos en general pero también cierta gravedad. Por ejemplo, me encantan los dantzaris que flotan durante unos segundos en el aire y luego se dejan caer, como si representaran un juego entre el espíritu que asciende y se sostiene en el aire y el cuerpo que vuelve a tierra. También se consigue la elegancia haciendo que, aunque sean las piernas y brazos los protagonistas, sea todo el cuerpo el que se mueva de forma armoniosa: el tronco y la cabeza erguidos y la mirada altiva pero vuelta hacia el interior, expresando solemnidad y transcendencia. El dantzari debe estar concentrado y sujeto a cada paso y, a la vez, libre y espontáneo para crear arte en movimiento.

BRÍO. El brío está relacionado con la elegancia, porque el brío es, para mí, la fuerza contenida, la potencia comedida y ajustada a un canon. No hay que olvidar que los protagonistas del baile portan espadas y puñales cortos, o sea, armas de guerra, y no velas o flores. Por eso, el dantzari debe ser, para mi gusto y sea hombre o mujer, airoso, gallardo y mostrarse resolutivo en los tajos y puñaladas que da al aire. No sé cuál sería su origen, pero yo veo este baile como una ofrenda de armas hecha por unos guerreros que se encomiendan e invocan a poder transcendente y superior. Sin embargo, el dantzari debe combinar la fuerza y el vigor con la virtud y gentileza, la energía con la fineza. De la unión de estos conceptos aparentemente contradictorios, nace, a mi juicio, la belleza misteriosa de este baile.

ESTATURA. Podría citar a muchos dantzaris que me han gustado, pero el primero con el que vibré de verdad fue el difunto Pello Areizaga. Recuerdo que lo conocí en un ensayo y cómo aluciné, sobre todo, cuando al término del belauniko (baile de rodillas), se levantó como un resorte para bailar el puntua (punto), dando saltos y tijeretas, y continuó con el emocionante tercer movimiento para, con toda su estatura y envergadura, casi levitar con ímpetu en el aire. Me quedé boquiabierto. Quizá por esa primera experiencia, a mí me gustan más los dantzaris altos y espigados pero tampoco excesivamente enjutos. Pienso que la ezpata-dantza (y el ballet y la danza en general) luce más con cuerpos partir de cierta estatura, ya que las piernas y los brazos largos realizan un recorrido mayor y realzan los movimientos y hacen que duren más y sean más apreciables y expresivos. 


Entiendo que bailar la ezpata-dantza sea un modo de participación para la juventud y que, indudablemente, no todos los dantzaris sean altos ni tienen por qué serlo, aunque yo lo prefiera. Sin embargo, los pantalones ajustados que se utilizaban hasta hace dos años, ayudaban a estilizar las piernas, a alargarlas para que el dibujo de éstas al bailar fuera mayor. Pero los nuevos pantalones bombachos que lucen los y las ezpata-dantzaris quizá den más holgura y libertad de movimientos pero, a mi juicio, crean un efecto que no me gusta por varias razones. En primer lugar, contrastan excesivamente con la tradición anterior, asemejándose más a los pantalones turcos o árabes o a una especie de falda-pantalón y, en mi opinión, abomban y embotan (de "meter en un bote") la figura del dantzari desde la cintura hasta las rodillas y hacen que se pierda la silueta de las piernas, de tal forma que los bailarines me recuerdan más a redondos tentempiés que a bailarines vascos. Además, los bombachos hacen que los movimientos de las piernas se pierdan entre un vaivén de tela sobrante que desdibuja las tijeretas, cabriolas y brincos propios de la ezpata-dantza. Más que dos piernas, yo veo dos sacos que ondean como banderolas de aquí a allá ocultando, como digo, el movimiento estilizado de las piernas. Y, por último, los bombachos acortan la pierna de los dantzaris altos pero, sobre todo, las piernas de los y las dantzaris que ya, de por sí, no son tan altos. 

Tampoco conozco las razones que llevaron al cambio. Como ha coincidido con la incorporación de las chicas, supongo que se ha querido diseñar una prenda más unisex. Pero no termino de comprender por qué las chicas no podían vestir el pantalón tradicional, más estilizado, incluso habiéndolo anchado un poco más, pero no hasta el extremo de eliminar la forma recta de las piernas.

Por último, me alegra que, si las chicas querían bailar un baile tradicionalmente masculino, la incorporación de éstas se haya hecho con naturalidad (y hasta con discreción y casi demasiado secretismo). No seré yo quien diga a nadie lo que debe querer o no querer bailar, pero intuyo que la ezpata-dantza provoca ahora entusiasmos y ovaciones por el hecho de que sean chicas las que bailen, o sea, que, más que la ezpata-dantza en sí misma, lo que les gusta a algunas personas es que sean las chicas quienes la bailen, lo cual perjudica a la ezpata-dantza y a la propia mujer. Porque la ezpata-dantza no es un concurso ni una competición, ni las chicas recién incorporadas deben demostrar nada a nadie. La ezpata-dantza tampoco debe ser una causa por la que luchar, ni un ámbito a conquistar (o ya conquistado) para aumentar el "empoderamiento" de la mujer en la sociedad, pues todo ello no sería más que una burda utilización de algo que está más allá. Porque la ezpata-dantza es, ante todo, arte y, como tal, es inútil y desinteresado, o sea, no sirve para nada que no sea proporcionar placer estético y acercarnos a lo sublime: el dantzari es un escultor que se esculpe a sí mismo con cada movimiento al compás de una música, creando una escultura viviente de belleza efímera pero profunda ante un público. Y esa creación debe hacerse desde la entrega sincera y auténtica del artista que baila, sea hombre o mujer, sí, pero intentando equilibrar tradición e innovación. Y ya hay una tradición, un estilo de baile "esculpido" por excelentes dantzaris que a mí me gustaría que se mantuviese. Y luego, pero luego, que cada cual dé a ese arte el significado que quiera: religiosidad, sentimiento de pertenencia, identidad cultural o política, tradición popular, hermandad o comunidad, vínculo y cohesión familiar o social...

Por cierto, ¿alguien puede explicarme qué ha ocurrido este año con los chicos del grupo Irrintzi y por qué de 14 dantzaris solo 2 o 3 eran chicos? ¿Faltan chicos en el grupo? ¿Han sorteado quién bailaba y les ha tocado a las chicas? ¿Se ha hecho una discriminación positiva y desigual hacia la mujer para normalizar su presencia? ¿La proporción entre chicos y chicas ha sido algo casual o ha marcado una tendencia pendular futura hacia una ezpata-dantza de mujeres? 

domingo, 3 de julio de 2016

ESTE VERANO FILOSOFÍA PARA NIÑOS

Fotografía: Mertxe Peña
Desde que la UNESCO hizo en París en el año 1995 una declaración a favor de la filosofía, muchas son las iniciativas que pretenden acercar la filosofía a la gente, tales como el asesoramiento filosófico, los cafés filosóficos o la filosofía para niños, aunque, paradójicamente, vaya siendo expulsada de la enseñanza. Uniéndome a estas iniciativas, me he animado a realizar unos talleres de filosofía para niños con el objetivo de desarrollar a través del diálogo el pensamiento que yo llamo "creacrítico", es decir, (auto)crítico y creativo. Los haré en Zumarraga en julio y en Benavente en agosto.

El punto de partida del taller suele ser un poema, juego, cuento, suceso, noticia, obra de arte, canción… sobre cualquier tema. Luego se plantea a los niños una pregunta para que vayan elaborando su respuesta, que debe contener un breve argumento. A partir de ahí comienza el diálogo, que tiene una fases y normas discutidas y aceptadas previamente. El diálogo lo voy guiando yo en un ambiente lúdico pero riguroso. A su vez, cualquier cosa que vaya ocurriendo a lo largo del diálogo se aprovecha para reflexionar sobre ella. De esta manera, se trabajan las siguientes capacidades:

  • Pensar por sí mismo: que aprenda a articular ideas, a explicarlas, a analizarlas, a proponer ejemplos y contraejemplos de lo que dice, a basar una idea en un argumento o razón, a profundizar en el pensamiento de los demás a través de preguntas...
  • Ser uno mismo: que vaya tomando consciencia de sí misma, que exprese su identidad y se comprenda a través de sus ideas, que sea consciente de sus comportamientos y reacciones emocionales (impulsividad, ansiedad, enfado...).
  • Pensar con los demás: aprender a escuchar y ser capaz de repetir con otras palabras lo que el otro ha dicho, interesarse por el pensamiento de los otros, relacionar ideas distintas y contrastarlas no para ganar o tener razón, sino para comprenderse mutuamente, indagar en las ideas ajenas, recibir los argumentos ajenos y comprenderlos, debatir las normas y respetarlas…

Los talleres de Zumarraga tendrán lugar los jueves 7, 14, 21 y 28 de julio, de 11:00 a 13:00, en el Salón de Actos de la Casa de Cultura. Van dirigidos a niños de 7-11 años y son gratuitos.

Para participar hay inscribirse en la recepción de la Casa de Cultura. Se podrá hacer la inscripción para todas las sesiones o para cada una de ellas. En este último caso, el plazo finalizará a las 14:00 horas del día anterior de la sesión. 

Para que el taller se lleve a cabo, se necesitará, por lo menos, un grupo de 10.

Las fechas de los talleres de Benavente están todavía sin determinar, pero serán también un día a la semana. 

En fin, si salen adelante, ya os contaré la experiencia.


miércoles, 29 de junio de 2016

PUERTAS ABIERTAS A UN AÑO MÁS

Fotografía: Mertxe Peña
El pasado 26 de junio, este blog cumplió dos añitos y nuestra intención es la misma que al inicio: seguir estimulando a todas aquellas personas que tengan como oficio vivir. Pero no vivir de cualquier manera, sino de una manera reflexiva, crítica, curiosa, y creativa. Por lo tanto, seguiremos abriendo las ventanas del tiempo y esculpiendo el espacio con palabras.

Soy consciente, por una parte, de que, actualmente, una vida es insuficiente para leer todo aquello que se escribe en papel (libros, revistas, periódicos...) o en formato digital (páginas webs, blogs, sitios variopintos de Internet, redes sociales, whatsaaps...). Por otra parte, es evidente que para poder responder a tanta conectividad, se va imponiendo una escritura breve, ligera y, en ocasiones, un tanto superficial.


Por todo ello, quiero daros las gracias a los cuatro encantadores locos y locas que dedicáis vuestro tiempo a leerme y, especialmente, a quienes me habéis expresado, haciendo gala de una humildad y sinceridad inusual, vuestro agrado por el blog en general o por algún artículo concreto. No pongo vuestros nombres, solo las iniciales, pero me vais a permitir que reproduzca vuestras palabras, pues son para mí el mejor regalo de cumpleaños y auténticas razones para cumplir otro año más. ¡Gracias!

"Pello me gusta leer tus historias. Cómo las escribes y cómo las cuentas. Me hacen pensar y a veces recapacitar en cosas en las que no hubiera caído en cuenta. Muy bien". (O. G.)

Pello, eskerrik asko benetan zure bloga ezagutzera emateagatik, ezin dizut adierazi ze onuragarria izan dan niretzat. Zure burutazio guztiak jarraian eta eten gabe irakurri ditut, zenbait kasuetan emozioa sentituz. Eskerrik asko bihotzez. (M. V.)
Pello, gracias de verdad por darme a conocer tu blog, no puedo explicarte qué beneficioso ha sido para mí. He leído todos tus artículos uno tras otro y sin interrupción, emocionándome en algunos casos. Muchas gracias de corazón. (M. V.)

"Pello, está muy bien (un artículo sobre Arcelor)... Muchas veces te sorprende el desconocimiento que tiene la gente sobre las posibilidades  de formación que tiene y solamente hablarles de eso tal como haces puede resultar muy importante para muchas personas. Me gusta el carácter positivo y esperanzador del artículo. Yo les insisto mucho a los alumnos con la idea de que no eliges lo que te pasa en la vida pero sí la manera de responder  y una frase que Iván Gamartsa les dijo a sus compañeros de clase que para él era su mentor emocional: " en el momento más oscuro de la noche empieza a amanecer.". En el PCPI les voy  a leerlo y repartirlo para que lo entreguen en sus casas.  Zorionak eta ondo izan". (J. M.V.)

Estas tres personas no han sido las únicas que me han escrito, pero han sido las únicas palabras que he podido recuperar. Además, otras lo habéis hecho verbalmente. A todas, mil gracias. Y también a quienes habéis hecho algún comentario, objeción o reflexión sobre algún tema. 

Y a ti, Mertxe, gracias por las fotos expresivas y sugerentes que acompañan a mis palabras, y a ti, Juanma, gracias por la ayuda técnica inestimable e incondicional que siempre me brindas cuando la necesito. 

Y ya sabéis: si os gusta el blog o algún artículo, "eman ta zabal zazu", ¡compartidlo y difundidlo!








viernes, 6 de mayo de 2016

IDEAS PARA LA ERA POSTARCELOR

Foto: Mertxe Peña
¿Es posible un futuro sin Arcelor? Sí claro, lo ha sido posible pese al continuo descenso de puestos de trabajo en esa misma empresa que pasó de 3.000 a 300, en número redondos, y el consiguiente descenso de población en Zumárraga, que ha pasado de los 12.619 habitantes de 1.977 a los 9.950 actuales. Ha sido posible también un futuro más allá del cierre de empresas emblemáticas en su siamesa Urretxu, como es el caso de Irimo, que llegó a contar con más de 500 trabajadores, y otras como Madaya, Pedro Rodríguez, Sarralde, etc., aunque Urretxu, al contrario que Zumarraga, ha conseguido mantener e incluso aumentar la población que consiguió en la década de los 70.  Así que, el futuro es posible. No un futuro similar al pasado, pero sí otro futuro que convendría ir diseñando. Si descontamos el hospital, donde trabajan alrededor de 500 personas, y las iniciativas públicas o concertadas, el futuro (laboral) lo han construido y lo irán construyendo las pequeñas y medianas empresas que se asienten en ambos municipios. Y ese será, seguramente el camino a seguir, solo que, ahora, el esfuerzo por impulsar la creación de nuevas empresas parece perentorio para paliar el efecto que va a tener la pérdida de los puestos de trabajo, la pérdida de población, y el efecto que, como fichas de dominó que caen una tras otra, estas pérdidas provocarán en otros sectores y servicios.

Yo, por mi parte, he aprovechado esta ocasión para trabajar el pensamiento crítico y creativo con mis alumnos y les he pedido que se atrevan a mirar el problema desde otra perspectiva y respondan a la siguiente pregunta: ¿cuáles son o pueden ser las ventajas del cierre de Arcelor?, ¿es posible ver beneficios en el cierre de Arcelor?, ¿es posible ver el cierre de Arcelor como una oportunidad o una posibilidad para algo mejor? Os ofrezco algunas respuestas aderezadas con aportaciones tanto mías como de mi alumnado:

- Disfrutaremos de un mejor medio ambiente, que se traducirá en una mejora de la calidad del aire y la reducción del ruido.

- El cierre de ArcelorMittal puede ayudar a asegurar la viabilidad de otras empresas de la misma firma y a conservar otros puestos de trabajo de esos otros trabajadores que, en el fondo, no dejan de ser son compañeros de trabajo.

- Los trabajadores que renuncien a irse y se queden aquí en el paro y tengan una titulación pueden encontrar un puesto de trabajo mejor. Y los que se queden aquí y no tengan titulación pueden estudiar en UGLE o en otro centro un ciclo formativo y, de esa manera, encontrar un puesto de trabajo mejor que el que tenían. Por su parte, los que se vayan a Asturias con sus familias pueden irse con la ilusión de empezar una nueva etapa en sus vidas que no tiene por qué ser peor que la etapa que terminan.

- Los trabajadores podrían comprar la empresa con ayuda oficial y, si los datos que poseen y los estudios de mercado confirman que es viable, podrían crear una cooperativa que, con todas las ayudas y asesoramiento posibles, continúe con la actividad.

- Vender la empresa a otra u otras del mismo sector o de otro. O convertir la vasta extensión de la planta en una zona para pequeñas y medianas empresas.

- Pedir al Gobierno que acoja a refugiados sirios y que los alojen en los pisos de los trabajadores que se vayan a Asturias, de tal forma que, con el alquiler del piso que el Gobierno pague a estos trabajadores, estos pueden hacer frente más fácilmente al alquiler o compra de un piso en Asturias.

- Se pueden convocar becas de investigación para que los historiadores escriban la historia de la industria siderometalúrgica de nuestros pueblos a través de la empresas más grandes y representativas, ya que esa historia es la historia de cómo nuestros pueblos son lo que son y no otra cosa, la historia de las gentes que se fueron y vinieron, los cambios sociales, culturales y urbanísticos que han sufrido desde principios del siglo XX. (Por cierto, Ediciones Zum publicó dos trabajos en el 2009: Urola Garaiko Industria I y Urola Garaiko Industria II).

- Podemos pensar cómo reutilizar las naves y pabellones industriales ruinosos que ya adornan la entrada desde Legazpi, o pensar en cómo convertir toda esa ruina en una larga Avenida que acoja, quizá, un gran Guggenheim de la industria del acero y, junto a Legazpi y Lenbur, crear una oferta turística y cultural en torno al hierro y al acero


Foto: Mertxe Peña
- Y como ya ambos pueblos comparten un legado de ruina industrial y debido a la necesidad, quizá Zumarraga y Urretxu (sobre todo) y Legazpi empiecen a replantearse en serio sus relaciones y comiencen a pensar algo, por lo visto, impensable hasta ahora: que tienen los mismos intereses. Y una vez llegada a esa conclusión, empiecen a explorar la posibilidad de unir de forma sincera y con “altura de miras”, si no los municipios, sí las ilusiones, fuerzas, recursos, sinergias… y provocar un movimiento revulsivo de unión, participación y colaboración entre todos.

- De igual manera que ocurre con las inundaciones y temporales, podremos pedir que nos califiquen como “comarca o zona catastrófica” y así nos podamos beneficiar de las políticas de subvenciones, inversiones de diversos organismos que faciliten la creación de nuevas empresas donde tengan preferencia los ex trabajadores de Arcelor.

- Se puede pedir que las instituciones se involucren más y den un impulso mayor a nuevos proyectos de emprendizaje  o a los que todavía están en estado incipiente, como es el caso del sector socio-sanitario con (ciclo de Ortoprotésica en UGLE, proyecto Onbideratu de UGGASA…).

- También se pueden crear comisiones de participación ciudadana para reflexionar sobre el futuro económico e industrial de nuestros pueblos.

- Y siempre queda la opción de pedir ayuda a aquellos zumarragarras y urretxuarras que por un motivo u otro se mueven en círculos económicos o empresariales para que ejerzan su influencia y traigan iniciativas.

¿Y a ti? 
¿Se te ocurre alguna otra idea para descubrir si hay vida más allá de Arcelor?


martes, 3 de mayo de 2016

¿HAY VIDA MÁS ALLÁ DE ARCELOR?


Foto: Mertxe Peña
La única esperanza que he mantenido a lo largo de estas semanas de agonía en torno a la lenta muerte de Arcelor, es que hubiera dos negociaciones, una pública, que es la que reflejaban los medios de comunicación, donde reinaba el desacuerdo; y otra reservada, donde los poderes públicos y la dirección de la empresa llegaban a algún acuerdo. Sin embargo, mucho me temo que Arcelor se cierra y, qué queréis que os diga, si es verdad que “la vida media de las sociedades en España es de 11,69 años” (El Economista, 14-10-2015), lo raro es que haya durado tanto tiempo. Aunque, quizá, sería más correcto decir que, desde que naciera en 1930, la empresa ha muerto y resucitado cada vez que ha cambiado de accionista, (Esteban Orbegozo, Acenor, Marcial Ucín, Aceralia, Arcelor, ArcelorMittal), o también se podría decir que ha ido muriendo desde que empezó su lento pero continuado declive.

Queda algún que otro cartucho, como algún contacto o reunión que el alcalde Zumárraga y la consejera de Industria van a mantener con la dirección europea de ArcelorMittal. Pero, aun reconociendo el compromiso y perseverancia de Mikel Serrano y sin tener la información suficiente para valorar si la política del Gobierno Vasco ha sido acertada o no, yo no veo indicios de que el gigante del acero vaya a mantener abierta una fábrica que muchos intuíamos que era cuestión de tiempo que cerrara. Y que si no cerraba ésta, es porque cerraba otra, entrando en la lógica endemoniada de este tipo de crisis: suspirar de alivio cada vez que se cierra otra que no es la tuya.


Foto: Mertxe Peña
Y a partir de aquí, ¿qué? Pues, por una parte, espero que cada persona o familia consiga resolver de la mejor manera posible el dilema que se le presenta. Por otra parte, espero que todos, afectados directos (trabajadores, familiares, transportistas...) e indirectos (el resto de la comarca), pasemos el duelo con todas sus fases: negación, enfado, negociación, depresión y aceptación. La aceptación no significa estar de acuerdo con lo ocurrido o resignarnos a un futuro gris y decadente para este valle. La aceptación significa dejar de luchar contra la realidad, dejar ya de malgastar nuestras fuerzas en intentar cambiar decisiones ajenas que parecen irreversibles, dejar de fijarnos en lo que no está en nuestras manos y empezar a centrarnos exclusivamente en lo que depende de nosotros. Porque, ¿es posible imaginarse un Zumarraga-Urretxu sin Arcelor, sobre todo para quienes no hemos conocido otra cosa? ¿Es posible un futuro sin Arcelor? ¿Hay vida más allá de Arcelor? 

viernes, 8 de abril de 2016

LAS SEMILLAS DE LA CONVIVENCIA (y 4)


Foto: Mertxe Peña
Con estos ejemplos he querido poner de manifiesto que hay que hacer planes de convivencia en los centros escolares, claro, pues hay que encauzar de alguna manera las relaciones y los conflictos inevitables que van a surgir. Pero, aun siendo necesario, los valores sobre los que se construye la convivencia humana no pueden encerrarse en un proceso de calidad o en un plan temporalizado y repleto de objetivos, acciones, estrategias y planes de mejora. La humildad, la responsabilidad, la compasión, la generosidad, la autoestima, el respeto... son las semillas de la convivencia y hay que sembrarlas en casa y en la escuela, sí, pero en todo momento, no solo a golpe de silbato o cuando toca según el proceso, porque los valores están en juego siempre y en cualquier lugar: en el saludo del pasillo, en la conversación del patio, en el partido de fútbol, en el claustro o reunión, en la forma de pedir el salero, antes de empezar la clase, durante y después de terminarla... 

Foto: Mertxe Peña
Los valores son como las flores y las plantas del jardín que pisamos diariamente, cuyas semillas hay que sembrar y regarlas. Y dejarlas crecer sin pretender que nuestros esfuerzos tengan un resultado inmediato. Incluso es posible que con algunas personas no logremos nada, pues son múltiples las influencias que recibimos y los condicionamientos que nos rodean. Por eso, habrá que esperar. Esperar a ver si de esas semillas crecen y maduran personas sensibles, libres y (auto)críticas. Si lo conseguimos, algún día se darán cuenta de que ellas abandonaron una vez la escuela, pero que la escuela nunca las abandonará a ellas.





martes, 22 de marzo de 2016

LAS SEMILLAS DE LA CONVIVENCIA 3


Tú nos dabas Latín en el Instituto y tu nombre era… Santos. Hombre pequeño y serio, con una barba de esas que, por muy rasuradas que estén, son como una gran mancha gris en la cara. Solías fumar cigarrillos Jean, uno tras otro, mientras nos explicabas las declinaciones latinas y yo perdía el tiempo pensando en para qué habían inventado una lengua tan complicada los romanos con lo sencillo que era el castellano. 

Recuerdo que aquella mañana de 1979 nos llegó una terrible noticia: un joven que estudiaba en un Instituto cercano estaba haciendo dedo y su profesora de física lo cogió en su coche. Cuando iban los dos en el coche, el joven asestó un navajazo a su profesora y la dejó gravemente herida. El motivo también se corrió rápidamente: por lo visto, la profesora suspendía continuamente al alumno aunque hiciera correctamente los exámenes, y éste hizo lo único que podía hacer: vengarse y darle un navajazo. Una vez conocida la explicación, a muchos alumnos nos pareció justa la acción del joven y, desde el primer momento, salimos en su defensa.

Al mediodía te vi entrar cabizbajo en clase, como si fueras a realizar una empresa imposible. Dejaste el libro de Latín encima de la mesa y nos comunicaste que el claustro de profesores había decidido que, en lugar de dar aquella clase, nos ibais a explicar por qué no había que hacer lo que aquel joven hizo. Nervioso, pero con firmeza, improvisaste una sesión inusual y que ahora me parece una proeza: empezar una clase sin libro y que no sabes cómo va a terminar sobre un tema tan escabroso. Y tengo que confesarte que estuviste magnífico: tú solo, ante 30 jóvenes de 17 años, luchando con las palabras y el humo de los cigarros para decir lo que debiera ser tan sencillo de entender pero es tan difícil de explicar. Pero nosotros seguíamos inflexibles justificando el navajazo. Cuando terminó la clase, saliste tan cabizbajo como entraste, abatido, llevando en tu mano el libro de Latín que no llegaste ni a abrir. La verdad, sin embargo, fue otra: que, aunque entonces, quizá por pura arrogancia o cabezonería, no lo admití, me convenciste, Santos, puedes estar seguro de ello.

Foto: Mertxe Peña
De todo el latín que me enseñaste no recuerdo sino “Puella bona est” y alguna otra cosa suelta más, pero la lección que nos diste aquel día fue admirable. Por una parte, fuiste valiente, pues, pudiendo hacer lo más fácil para ti, o sea, darnos clase de Latín como si nada hubiera ocurrido, hiciste lo más difícil: dejar de enseñarnos Latín y educarnos para hacernos mejores. Por otra parte, fuiste el primer profesor con quien debatí de igual a igual y respondía a mis argumentos. Por último, nos dijiste claramente lo que todos sabíamos pero no queríamos escuchar: que quien mata a alguien se mata de alguna manera a sí mismo, pues mata su propia humanidad. Y si matas tu humanidad, ¿qué te queda? Necesité un tiempo para profundizar en esta idea y entenderla pero, a partir de entonces, ya no fui el mismo. No recuerdo bien el resto de argumentos y no sé si eran muy lógicos y razonables, pero gracias a ti descubrí el placer de dudar y pensar por mí mismo sobre por qué está bien lo que está bien y por qué está mal lo que está mal. Y quizá por eso, entre otras razones, me decanté por la Filosofía.

Hoy también, un joven alumno puede justificar fácilmente el hecho de divertirse con el vídeo de una paliza real grabada con un móvil, o que un chico le zurre a su chica porque le ha puesto los cuernos, o un atentado terrorista. En estos casos, Santos, me armo de tu valor, dejo el libro sin abrir encima de la mesa y yo también, nervioso pero con firmeza, improviso una clase. 

martes, 15 de marzo de 2016

LAS SEMILLAS DE LA CONVIVENCIA 2


Foto: Mertxe Peña
Tú tenías el que entonces me parecía interminable nombre de sor Guadalupe Eugenia y transmitías, frente a mi carácter apocado, una vitalidad intensa. Imbuido en el imaginario cristiano en que fui educado, para mí eras una especie de Virgen María pero no la Virgen María vestida de blanco, pálida, compungida y de aspecto cerúleo de las estatuas, sino alegre, de buen humor y rojinegra. Negra por tu hábito de monja, y roja por tus carrillos rojos que le daban a tu rostro el aspecto de una redonda y apetitosa manzana. Recordándote ahora, quisiera evocar dos momentos. 

El primero es un cuento: la historia de un hombre que buscaba desesperadamente a Dios en las cumbres de las montañas y en la soledad de los extensos bosques, hasta que se topó con un sabio, quien le dijo que no debía buscar a Dios en los montes, ni en los bosques ni en las estrellas, sino en los ojos de cada persona. Aun siendo bonita, no fue la historia en sí lo que me cautivó, sino la forma en que la contabas: como si fuera un secreto que tenías guardado desde hace tiempo y que nos lo revelabas sólo a nosotros. Pero, ¿sabes qué fue lo más sorprendente? Pues que, cuando terminaste la historia, se hizo en el aula un silencio y nos miraste uno a uno. Y cuando tus ojos se posaron en los míos… ¡me miraste como si hubieras encontrado en mí a Dios! Hoy no sé o no creo que crea en Dios, pero cuando en el torbellino de la rutina mi mirada se apaga y se cansa, me acuerdo de ti y la enciendo para que las personas a las que miro, si no Dios, se sientan, por lo menos, importantes y dignas de respeto y consideración.

En otra ocasión, cuando tenía unos 5 ó 6 años, se me soltaron los cordones de los zapatos, me acerqué a ti y extendí el pie hacia delante para que me los ataras. Tú te agachaste, me anudaste los cordones y… ¡y me diste un beso! Yo no pude resistir la tentación y, rápidamente, acaricié tu cara de manzana con mis dedos. Luego, por la noche, me preguntaba en la cama: ¿Por qué me ha dado un beso si yo sólo le he pedido que me atara los cordones? ¿Por qué me diste aquel beso, si no tenías por qué dármelo? Algunos años después supe que a eso, a dar más de lo que debemos dar, se le llama generosidad. A partir de entonces, casi deseaba que se me soltaran los cordones. Además, si no recuerdo mal, tú fuiste la primera que me enseñó a hacer las primeras letras y, no sé si será verdad o mentira, pero me gusta pensar que, si hoy me apasiona escribir y leer, fue gracias a tu beso.



lunes, 7 de marzo de 2016

LAS SEMILLAS DE LA CONVIVENCIA 1

Hace unos años, cuando estuve de presidente de la Asociación de Padres del colegio Gainzuri, se celebró un acto en Vitoria al que asistí junto a algunas profesoras y me pidieron que escribiera algo sobre el tema de la convivencia. El resultado fue un recorrido sentimental y un reconocimiento hacia tres personas que me enseñaron algo que he considerado importante en mi vida, como la compasión, la generosidad, el sentido crítico... Hoy empiezo con la primera y, en sucesivas entradas, hablaré de las otra dos. Y quizá, más adelante, hablaré de otros profesores y profesoras con los que, ahora que me acuerdo, también guardo una deuda especial por algún motivo.




Foto: Mertxe Peña
"Tengo que empezar por ti, amá, pues, antes de nacer, fue en tu voz lejana y, después de nacer, en tus susurros y caricias donde encontré los primeros rastros de humanidad. Al principio no entendía muy bien qué veía en tus ojos risueños, pero con una fuerza mágica y misteriosa me fueron seduciendo hasta que se abrió ante mí todo el encanto de tu forma de ser. Y es que tú fuiste mi primera maestra. A través de juegos y canciones, bien llorando o bien riendo, contigo aprendí los caminos que conducen a una vida verdaderamente humana. Y ahora comprendo por qué un niño puede sentirse huérfano aunque tenga padres. Así lo expresó acertadamente el poeta Joxean Artze en aquel certero poema:

Si quiere algo,
se lo dan...
y a pesar de ello, el niño está triste.
Si desea algo,
si pide algo,
se lo traen…
y a pesar de ello, el niño está triste,
siempre triste.

En cuanto quiere,
al momento de pedir
ha obtenido lo que le apetece,
todo cuanto desea conseguir…
y a pesar de ello, el niño sigue todavía triste,
más triste que nunca.

Le han dado todo lo que quiere,
pero nadie,
nadie le ha dado lo que necesita*.

Tengo la impresión de que me has dado todo lo que necesitaba. Recuerdo todavía, por ejemplo, aquellas películas como Matar un ruiseñor, Qué bello es vivir, Oliver Twist... que mis hermanos y yo veíamos contigo en la pequeña sala iluminada por la televisión en blanco y negro y junto a la estufa de butano. A medida que la historia se iba complicando, las desgracias se cebaban con los protagonistas. Entonces, ahogados por la tristeza, uno a uno comenzábamos a gemir a escondidas. Pero, cuando todos los males desembocaban en un final feliz, los cuatro nos abrazábamos y llorábamos de alegría. ¡Vaya catarsis! En aquellos momentos en que compartimos nuestros llantos, aprendí que todas las lágrimas humanas tienen el mismo sabor de la amargura y, de esa manera, mi corazón quedó tocado para siempre y nunca he podido ya desprenderme de esa sensibilidad hacia el dolor ajeno".


* Josanton Artze “Hartzut”, Mundua gizonarentzat egina da, baina ez gizona munduarentzat, editorial Zubi Zurubi, 1998. Traducida al castellano por mí.



lunes, 11 de enero de 2016

VIVE LA VIDA



                                                                    Foto: "Atardecer en Saint Malo"  Mertxe Peña

Vive la vida. Vívela en la calle

y en el silencio de tu biblioteca.

Vívela en los demás, que son las únicas

pistas que tienes para conocerte.

Vive la vida en esos barrios pobres

hechos para la droga o el desahucio

y en los grises palacios de los ricos.

Vive la vida con sus alegrías

incomprensibles, con sus decepciones

(casi siempre excesivas), con su vértigo.

Vívela en madrugadas infelices

o en mañanas gloriosas, a caballo

por ciudades en ruinas o por selvas

contaminadas o por paraísos,

sin mirar hacia atrás.

Vive la vida.


Luis Alberto de Cuenca  (Por fuertes y fronteras, 1996)