sábado, 16 de diciembre de 2023

¿SE PUEDE DIALOGAR CON UN OFENDIDO?

Esta semana, casualmente, en los dos libros que estoy leyendo se menciona un fenómeno cada más extendido: el de los ofendidos. Ambos autores distan mucho ideológicamente. Uno es Gregorio Luri, maestro, licenciado en Pedagogía y doctor en Filosofía, de tendencia más bien conservadora. El otro es Guillermo del Valle, licenciado en Derecho y diplomado en la Escuela de Práctica Jurídica, y representante de una izquierda socialista, igualitaria y laica.  Pero, curiosamente, ambos critican de igual manera el hecho de ofenderse en un debate racional. Reproduzco un fragmento de En busca de los tiempos que vivimos, de Gregorio Luri:

"Estamos asistiendo a la emergencia del derecho emocional a sentirse ofendido. Ser ciudadano para el ´pensamiento crítico' es ser... víctima de alguien o de algo: del poder, del neoliberalismo, de las grandes empresas, del patriarcado, de la violencia simbólica... La libertad de expresión ha de acabar allí donde empieza una identidad herida que, por sentirse herida, cree poseer una dignidad merecedora de un respeto incondicional. Lo patético se blinda con un caparazón de erizo contra cualquier posibilidad de refutación...  En no pocas universidades la sensibilidad emocional es el límite de la libertad de expresión. El problema es que estos alumnos son excesivamente frágiles, hipersensibles y maniqueos y la sobreprotección los fragiliza más. Ya no se los prepara para manejar pequeños conflictos, sino para ser compadecidos. No aceptan el libre pensamiento porque su misma existencia los obligaría a convivir con tesis que consideran ofensivas. El victimismo no sabe negociar. De esta manera las mismas universidades están colaborando en la brutalización de la razón". Y más adelante: "Las ideologías parten del supuesto de que la historia es una máscarada trágica que es preciso denunciar, pero para ello, más que persuadir, a lo que aspiran es a la hegemonía de sus prejuicios". (En busca del tiempo que vivimos. Fragmentos del hombre modernos. Gregorio Luri, Ediciones Deusto, 2023, pág. 112 y 115).

En este mismo capítulo, Gregorio Luri habla de Robin DiAngelo, creadora del concepto "la fragilidad blanca", que tampoco tiene desperdicio.

Doy la palabra ahora a Guillermo del Valle en su obra La izquierda tracionada:

"Volviendo a la implosión del debate racional..., el gran problema de la ideología woke, y en general de todas las impugnaciones irracionales de la izquierda, es la apelación al sentimiento, una verdadera excusa para evitar el debate. Lo dice Félix Ovejero en una respuesta a Julio Valdeón en La razón en marcha: ´La locura es lo sucedido con la estrategia woke. Más o menos, la cosa funciona así: Esta idea puede que sea veraz, pero no quiero discutirla porque me ofende sea o no cierta. Se trata de la cancelación de la razón en nombre del sentimiento. O, peor aún, de convertir el sentimiento en argumento. Esto me ofende, entonces es falso. Es creer que una emoción puede justificar una prohibición, que te permite acallar a los demás´. Y continúa: "Así están las cosas. Por el flanco derecho, asomando una reacción identitaria de corte trumpista... que vuelve a invocar la tradición como argumento, en su versión más genuinamente reaccionaria. Aún más triste, desde el flanco de las izquierdas, herederas de la mejor tradición racionalista, empecinadas en sus vertientes identitarias en practicar un moralismo censor y sentimentalizando el debate público hasta poner en tela de juicio la mera posibilidad de que este discurra por cauces racionales. El debate público, debido a las derivas irracionalistas de la izquierda reaccionaria, ha quedado encapsulado y degradadado". (La izquierda traicionada. Razones contra la resignación, Guillermo del Valle, Península, 2023, pág. 143-144). 

En fin... Se dice que en el frontispicio de la Academia de Platón estaba escrito el lema: "Nadie entre aquí que no sepa geometría". Ahora habría que cambiarlo y a la entrada de las universidades y debates poner un cartel bien grande: "Nadie entre aquí que se ofenda por las ideas y las críticas", porque ¿se puede dialogar racionalmente con un ofendido?