Amanecer en Urretxu y Zumarraga desde Irimo |
El pasado 27 de abril nos reunimos 8 personas y, tras una votación, se eligió uno de los temas propuestos anteriormente que ponía los pies en el suelo de la vida cotidiana: ¿Cómo vemos el ambiente entre la gente de Urretxu y Zumarraga? No obstante, a partir de él iban surgiendo otros más profundos como la relación entre el individuo y la sociedad, la influencia del capitalismo en el bienestar o la felicidad. He aquí algunas de las reflexiones y respuestas que ofrecieron los participantes:
Por una parte, se percibe una falta de sentimiento de comunidad, sin embargo, paradójicamente, también se percibe que la gente tiene ganas de participar de forma comunitaria en algo ilusionante y esperanzador. A la vez, también se nota crispación y enfado individual entre la gente joven.
Se ve a una juventud muy acomodada y pasiva como lo corrobora el poco movimiento estudiantil, y también una juventud enfadada con la generación adulta debido a la situación a la que se les ha abocado, desilusionada con el presente y futuro y radicalizada ante un capitalismo neoliberal, tal y como se aprecia en algunas organizaciones juveniles. En cuanto a la gente adulta, se la ve inactiva, a la expectativa, a la espera, envuelta en una cierta incertidumbre y pasividad.
Asimismo, en general, se nota una falta de compromiso social que se relaciona con una falta de autoestima colectiva (mayor en Zumarraga que en Urretxu). Por autoestima colectiva se entiende el sentimiento de orgullo por pertenecer a una comunidad. Aquí se puso como ejemplo contrario el caso de Oñati, un pueblo donde sí se percibe esa autoestima colectiva y, por lo tanto, mayor compromiso social. Hubo también quien percibe un escaso espíritu de lucha entre la gente, si exceptuamos movilizaciones como las de los pensionistas, a favor de la apertura 24 horas del centro de salud y contra los peajes.
Otras intervenciones se centraron más en el declive económico, industrial y comercial de ambos pueblos (en contraste, por ejemplo, con Beasain y la comarca de Goierri): el cierre de Arcelor, la desaparición de comercios locales (gracias a los cuales el dinero se quedaba aquí) y la apertura de determinados comercios (Eroski, Todo a cien) que provocan que el dinero se vaya fuera de ambas localidades), la dificultad para la apertura de nuevas empresas, las precarias condiciones de trabajo a las que deben enfrentarse los jóvenes... Estos factores provocan inseguridad económica, poca vida social, tristeza y apatía, ambiente nocturno apagado... todo ello agravado por los efectos de la covid, que, junto a la revolución digital, ha provocado un retroceso de la gente a la esfera privada y un individualismo mayor, es decir, una desconexión del individuo con su sociedad en detrimento de la esfera política.
Ante esta visión un tanto pesimista, se recordó que, en comparación con otros países o comunidades, vivimos en una comunidad que goza de un alto nivel de renta, de vida, de retribución y de servicios, así como un cierto tejido industrial y el hospital comarcal. Asimismo, se ensalzó la labor que realiza Urola Garaiko Lanbide Eskola, facilitando, por una parte, la integración social de jóvenes locales y, sobre todo, inmigrantes (actualmente hay en UGLE alumnos de 32 nacionalidades) y, por otra, facilitando su integración laboral con unos índices de colocación muy altos.
Por último, hubo también quien piensa que lo ocurre en Urretxu y Zumarraga no es más que un reflejo más general de una crisis de identidad que vive la sociedad contemporánea, una sensación de que el capitalismo actual no funciona, no resuelve los problemas y la gente está desorientada en busca de alternativas, de nuevos referentes e, incluso, de nuevas formas de entender el bienestar y la felicidad.
Para terminar, hubo acuerdo en la mayoría de las percepciones y opiniones que se lanzaron.
El desacuerdo fue mayor en el tema del capitalismo. Mientras que para algunos es un sistema que ya no sirve debido a los problemas que genera (especialmente, las crisis y sus consecuencias), para otros es el único sistema que funciona y genera riqueza, como lo muestra el hecho de que hasta China haya adoptado el capitalismo, lo cual no impidió reconocer que necesite de una cierta regulación.
Percibí una cierta nostalgia y desazón en los participantes al hablar del presente, pues era inevitable comparar la situación actual con el pasado en el que había multitud de comercios locales (se puso como ejemplo el declive de la calle Iparragirre de Urretxu), pujanza económica debido a la actividad industrial y empresarial y también un mayor compromiso por parte de la ciudadanía en reivindicaciones sociales y políticas. Hubiera estado bien contrastar esta visión con la de los jóvenes actuales, pero ¿su ausencia en este tipo de diálogos es precisamente un síntoma de esa falta de conciencia comunitaria y compromiso social o hay otras razones? Esta pregunta bien podría dar lugar a otro diálogo. ¿Te animas? Será el próximo 18 de mayo a las 18:30 en la Casa de Cultura de Urretxu.