Clica en el enlace debajo de este texto. Pon la
pantalla completa. Entra sin reparos en la escena. Ponte los auriculares o sube el volumen. Saborea la musicalidad del idioma francés y lee los créditos
en caso de que no lo entiendas. Imagínate que tú eres él (André) y déjate
llevar por ella (Angela). No importa qué ha ocurrido antes ni qué ocurrirá
después de esta escena. Te basta con saber que están ahí, delante de ti y que
tú los observas. Responde a las
preguntas que ella te hace y haz lo que te pida que hagas. Da igual que seas
tan reticente como él. Empatiza y simpatiza con él. Lee en su gesto
cabizbajo el temor a mirarse a sí mismo. Métete
dentro de su mirada doliente. Estás frente a él. Tú eres su espejo y él es el
tuyo. No apartes tu mirada. Aguanta el
silencio…. Tú eres él y él es tú. Siente con él lo que todos alguna vez hemos
sentido, da forma a las palabras necesarias, pronúncialas y deja que broten desde
dentro.
Y ahora mírate al espejo... y dilo.
Y ahora mírate al espejo... y dilo.
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