miércoles, 1 de abril de 2015

LAS 10 MEJORES COSAS QUE HE APRENDIDO O DESCUBIERTO ESTANDO DE BAJA (y 3)

El día 17 de abril tengo consulta con el médico que me operó y lo más probable es que me dé el alta y me incorpore a la vida cotidiana. De esta forma, cumpliré casi 5 meses de baja que han supuesto un parón y una ocasión para reflexionar, aprender y descubrir algunas cosas:

1. La conquista social que supone poder estar de baja cobrando íntegramente el salario.
2. Los masajes y cuidados de mi mujer Mertxe.
3. Los largos abrazos mañaneros de mi hijo Paulo.
4. Haber descubierto al personaje que interpreto y poder distanciarme y reírme de él.
5. Observar un rayo de sol y encontrar en mí el sentido trascendente de la belleza.
6. Descubrir el interés sincero que mucha gente ha mostrado por mi estado.
7. La ópera, el encanto arrebatador de las divas Anna Netrebko y Elina Garança y el emocionante estribillo de Au fond du temple saint (Les pechers de perles, Bizet)
8. El trío de ases de la música clásica que mejor han expresado las profundidades del espíritu humano: Mozart (Réquiem), Beethoven (9ª Sinfonía y Fantasía Coral op. 80) y Bach (Misa en sí menor).

¿Quieres sabes qué otras dos cosas (o tres) he aprendido o descubierto estando de baja?


Carlos Mediavilla Arandigoien
9. La idea la escuché por primera en un documental de la serie Cosmos de Carl Sagan, en el capítulo dedicado a la evolución de las especies. Cuando aparece el primer animal que tuvo ojos y pudo ver, su voz en off decía: “Y a partir de entonces el cosmos empezó a ver”. Internamente lo corregí: “El cosmos no empezó a ver, empezó a ver ese animal, que es distinto”. Hasta que cayó en mis manos una canción de Xabier Lete (Izarren hautsa -Polvo de estrellas), que decía en su primer verso: “Izarren hautsa egun batean bilakatu zen bizigai, hauts hartatikan ustekabean noizbait giñaden gu ernai…” (“Un día, el polvo de estrellas se convirtió en materia viva y de ese polvo despertamos nosotros…”). Y fue entonces cuando entendí la frase de Carl Sagan: a través del primer ojo de ese animal el cosmos vio y se vio a sí mismo porque ese ojo y ese animal también son parte del cosmos, ya que el cosmos es todo lo que fue, es y será. De igual manera, a través de la razón humana el cosmos piensa y se piensa a sí mismo. A través de la música humana, el cosmos siente y se siente a sí mismo. Entonces entendí la sutil y profunda imbricación entre yo, el resto de seres humanos, seres vivos y el resto del ser, sea lo que sea el Ser. Devoré los vídeos del fallecido y entrañable Carl Sagan y ahora he encontrado un digno sucesor suyo: Brian Cox y sus dos series: Maravillas del sistema solar y Maravillas del universo. Aunque no me transmite la ilusión y afabilidad de Carl Sagan por el conocimiento, sí transmite a través de las imágenes y comentarios la sensación de estar ante algo tremendo, mágico y maravilloso.

Mertxe Peña Pérez
10. Ya Aristóteles dictaminó que el camino a la excelencia y la felicidad pasa por el ejercicio de las virtudes éticas (la justicia y el término medio entre el exceso y el defecto) y las virtudes dianoéticas o intelectuales, especialmente dos: la prudencia (para poder calcular mejor el término medio en cada persona y circunstancia) y la sabiduría. La sabiduría representa el nivel más elevado de virtud al que puede aspirar el hombre, y Aristóteles la identifica con la verdadera felicidad. En efecto, la sabiduría no "sirve" para nada ulterior, no es un medio para ningún otro fin, sino que es un fin en sí mismo que tiene su propia e intrínseca satisfacción: alcanzar un nivel de comprensión de uno mismo y de la realidad cada vez mayor, que le acerque cada vez más a la excelencia en todos los ámbitos de la vida y dé a ésta un sentido profundo. El ideal de la felicidad de Aristóteles es el estudio, la investigación, la reflexión, el descubrimiento… por el mero placer de hacerlo. Algo de eso intento yo en mi vida y, sobre todo, durante estos meses. Encontré hace tiempo ese placer en la Filosofía. Pero durante estos meses, me he reencontrado con la Filosofía y la he redescubierto a través de dos maneras de entenderla. Por una parte he hecho un curso de Asesoramiento Filosófico con Mónica Cavallé, donde he descubierto la dimensión teraupéutica de la filosofía, y otro curso de Práctica Filosófica tal y como la entiende el francés Oscar Brenifier, quien ha sistematizado un método para realizar diálogos filosóficos de manera formal, eficaz y muy divertida. 

11. Aunque son solo 10, por eso del número redondo, me vais a permitir que cite a la tecnología como una de las cosas que me han ayudado a sobrellevar de otra manera las largas horas que he pasado este invierno sentado en mi sillón. Porque he contado con un ordenador, donde escribo, consulto, leo, viajo, envío y recibo correos. Los cursos on line los he hecho gracias a un sistema (Webex), que te permite ver y oír en tiempo real, por ejemplo, a una compañera de curso que está sentada en su casa de México. El móvil me permitía hablar cuando lo necesitaba. Las películas, los documentales, las óperas y conciertos los he visto y oído en un reproductor de DVD y una televisión Sony de 40 pulgadas con buena imagen, conectada a un amplificador-ecualizador Pioneer de 80w y dos altavoces JBL que daban mejor calidad de sonido.





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