Mañana 30 de junio haremos el tercer café filosófico de este verano a las 19:00 horas en la Casa de Cultura de Zumárraga. Esta vez será guiado por Itsaslore Yarza.
En el café anterior del 16 de junio se plantearon cuatro preguntas:
-¿Hasta qué punto tienes el poder de cambiar tu destino?
-¿Qué poder tiene la educación?
-¿En qué condiciones merece la pena que una vida sea vivida?
-¿Todas las personas somos potencialmente suicidas?
Se eligió el último tema y se esbozaron algunas ideas:
La postura mayoritaria fue que sí, que todos somos potencialmente suicidas, y que serán determinados factores los que nos lleven al suicidio, por ejemplo:
-Es posible que nuestra mente genere ideas que nos lleven a la depresión y, por lo tanto, la forma en que nuestra mente gestione esas ideas será decisiva a la hora de convertirnos o no en suicidas.
-La forma de entender la vida y el mundo, como un lugar lleno sentido, o caótico y absurdo.
-La forma en que cada uno de nosotros hace frente a las adversidades.
-Los pensamientos obsesivos que nos pueden hacer creer que es mejor estar muertos que vivos.
También se distinguieron varios tipos de suicidios:
-Un suicidio instrumental al que se recurre en situaciones irreversibles.
-El suicidio depresivo que puede estar determinado por cierta predisposición genética.
-El suicidio cometido por sugestión en determinados estados de crisis, como pueden ser determinados suicidios de adolescentes.
-El suicidio altruista de aquellas personas que dan su vida para salvar otras.
Por otra parte, el diálogo se centró en si un suicidio es fruto de una decisión libre y consciente o no. Hubo dos posturas en torno a esta cuestión:
-Una postura determinista según la cual hay circunstancias que anulan la libertad o nos sitúan en situaciones que no pueden llamarse libres. Por ejemplo, el caso de los judíos que mataban a otros judíos en los campos de concentración para salvar así sus vidas.
-Una postura indeterminista según la cual, por mucho que las circunstancias nos ahoguen, siempre tenemos un resquicio de libertad, por muy pequeño que sea. Siguiendo con el ejemplo anterior, algunos judíos podrían decidir morir en lugar de matar a otros. Lo que ocurre es que, en ocasiones, no queremos ser conscientes de que somos libres.
También se mencionaron algunos casos valiosos para reflexionar sobre la libertad:
-El experimento del psicólogo Stanley Milgram que, a raíz de el holocausto provocado por los nazis, empezó a hacerse preguntas acerca de la obediencia a la autoridad y a plantearse si cualquier sujeto sería capaz de torturar y asesinar obedeciendo órdenes.
-El comportamiento Eichmann, coronel de las SS y encargado de la organización logística de los transportes de judíos a los campos de concentración. Fue juzgado en Jerusalén. Este caso fue estudiado por la filósofa Hannah Arendt en su obra: Eichmann en Jerusalén: un estudio sobre la banalidad del mal.
- Las reflexiones del neurólogo Victor Frankl en su obra El hombre en busca de sentido. Prisionero en campos de concentración en condiciones extremas, defiende la idea de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias.
Quedó sin defender la idea de que no todos somos potencialmente suicidas. ¿Tú qué piensas?
Como he dicho, este miércoles 30 de junio haremos el tercer café filosófico de este verano a las 19:00 horas en la Casa de Cultura de Zumárraga y guiado por Itsaslore Yarza.
Gracias por tu resumen !de dos hora!. Comentamos también que el suicidio puede ser un ejemplo de libertad positiva en el sentido de que es una transgresión. Y no hablamos del, digamos, prestigio en ámbitos intelectuales, sobre todo a partir del romanticismo.
ResponderEliminarLa secuencia que planteé cuando razonamos acerca de si había libertad de elección en los KL partía de las reflexiones de algunos testigos- Levy, Améry, Kertesz, Weisel-, y de algunos pensadores de Auschwitz– Harendt, escuela Frankfurt…- de que allí se anulaba la conciencia de parte de los presos al reducirlos a la condición de animales y privarles de la capacidad moral de elección. Si distinguimos en nuestra mente la consciencia ( neurológica ) de la conciencia ( moral ), de la primera es la sensación de estar vivos - una experiencia común a otras especies con las que compartimos la parte posterior del córtex -, la segunda, la del córtex frontal humano, nos ha hecho inteligentes, sensibles y morales, pero no más conscientes que otros animales ( lo que abre interrogantes, su sufrimiento es como el nuestro, p.e. ). Levy escribía que en los KL muchos presos se vieron reducidos a la condición animal, reducidos a naturaleza ( por cierto ¿ qué naturaleza, cuando los judíos eran la representación de la abstracción, el comercio, el dinero? Y ¿que naturaleza, cuando parte del völkisch, -el alma alemana- parecía entre otras cosas un retorno a una imagen bucólica de la misma? ¿ o no?, lo llevaremos al rincón de pensar) y eran privados de humanidad y por lo tanto de libre elección, y así hablaba de dilema no dilema y de elección sin elección.
En tiempos de normalidad y previsibilidad, es fácil ser bueno, pero puede que estemos atrapados por las circunstancias y que cuando nos atrapa una crisis, y pugnamos por bienes que afectan a nuestra propia existencia, entonces podemos ver los otros como un riesgo existencial. Esas circunstancia hobbesianas de estado de la naturaleza, de lucha de todos contra todos . En estas situaciónes también se encuentran individuos altuístas que se sacrifican por la dignidad del otro, pero la experiencia de los KL va más allá : los judíos son tratados, maltratados, como individuos que no pertenecen al genero humano -hasta el punto de interiorizarlo – y son exterminables como parásitos desde una racionalidad instrumental como la nazi, y de ahí su corolario :"solo se puede ser humano en condiciones humanas" SIGO EN EL SIGUIENTE COMENTARIO
- Para Levi, Auschwitz fue también una manifestación humana, en la que colaboraron multitudes. Esa “zona gris” se reconoce como esencial en el funcionamiento del nazismo y del totalitarismo en general, al alimón con la teoría de Hannah Arendt y su banalidad del mal, pero eso no implica confusión sobre quiénes son víctimas y verdugos “No sé, ni me interesa, si en mis profundidades anida un asesino, pero sé que he sido una víctima inocente y que no he sido un asesino; sé que ha habido asesinos y no solo en Alemania, y que todavía los hay, retirados o en servicio, y que confundirlos con sus víctimas es una enfermedad moral, un remilgo estético o una siniestra señal de complicidad”
ResponderEliminar-Levi, que no era el más pesimista precisamente, el superviviente debe dar testimonio pero no podía juzgar , pues su experiencia era experiencia subjetiva y parcial, solo conocía un pequeño fragmento de la máquina que le aplastaba, y con la que ¿colaboraba? Una especie de necesidad del testimonio y imposibilidad del testimonio. Las víctimas estaban obligadas a actuar como una pieza del engranaje en un proceso que borraba la huella del crimen, al mismo tiempo que lo cometían, un crimen hecho para ser anónimo, sin sujeto, radical, sin testigos, sin memoria, en lo que llama la “ guerra contra la memoria”
-He conocido a internos en KL y participantes en guerras, he respetado su testimonio, pero mi intuición se ponía alerta cuando me hablaban solo del trauma- lo que les hicieron- y no de quiebra moral-lo que hicieron-. En este sentido, y ligando temas, recordar que intelectuales internados en KL se suicidaron pasando los años. Celan, Améry y Levi, y este último siendo químico, se arrojó por el hueco de la escalera.