martes, 1 de agosto de 2023

FILOCAFÉ EN BENAVENTE EL 7 DE AGOSTO

 El lunes 7 de agosto a las 19:00 volveré a reunirme otro verano más con la gente de Benavente (Zamora) para llevar a cabo un café filosófico. Será en Casa Solita, sala Curtis del edificio de la Biblioteca Municipal, Paseo de Soledad González, 3, junto al Parque de la Mota. 

En el último café filosófico de Zumarraga del día 18 de julio se plantearon las siguientes preguntas:

  • ¿La política actual soluciona nuestros problemas?
  • ¿Deberíamos ser virtuosos?
  • ¿Los identitarismos están fomentando la demagogia social colectiva?
  • ¿La filosofía podría sustituir a la psicología?
  • ¿Es un deber de las personas cuidar de los demás?

Tras un empate entre las dos últimas preguntas, la mayoría se decantó por la última. He aquí algunos aspectos reseñables del diálogo:

Solo una persona defendió que sí es un deber, sin embargo, estableció una diferencia entre "deber" y "obligación". Sí es un deber en el sentido de que cuidar de los demás forma parte de nuestra naturaleza humana, nos constituye como humanos, algo que alguien tachó de visión antropocéntrica, ya que también lo hacen otras especies animales. Y no es una obligación porque esta recae en individuos concretos de la especie humana y, más en concreto, en las mujeres como parte de la sociedad patriarcal.

El cuidado del otro para que sea auténtico debe nacer del amor y la libertad, no del deber ni la obligación, de lo contrario puede ser contraproducente. Y si es fruto del deber, que sea de un deber voluntario, es decir, de una obligación interna que nace de mi conciencia moral que adopta libre y voluntariamente ese deber.

En determinadas circunstancias cuidar del otro no es solo un asunto de deber o voluntad, sino de capacidad, ya que puede haber casos en los que el deterioro físico y/o mental es tan grande, que alguien pueda verse superado.

Para otra persona, cuidar de los demás no es ni deber ni obligación, sino una responsabilidad individual y comunitaria fruto de la libertad que debe traducirse en algo en lo que todos estuvieron de acuerdo: son las instituciones las que deben poner los medios para que ese cuidado se lleve a cabo de la mejor manera posible, ya que los individuos no pueden cuidar de los demás sin la ayuda de las instituciones.

También hubo quien defendió que el cuidado de los demás solo es un deber en el caso de los padres hacia los hijos, ya que son los padres quienes han creado a sus hijos y las criaturas humanas son vulnerables e indefensas. En el resto de relaciones no hay tal obligación, es más un elemento cultural que nace de una pulsión por cuidar del otro.

Por último, se mencionaron algunos aspectos en torno a este tema: 

  • Las condiciones de las personas tanto de las cuidadoras como de las cuidadas.
  • El vínculo emocional entre ambas, pues a mayor vínculo, mayor cuidado y viceversa.
  • Los límites del cuidado, pues hay ocasiones que se idealiza el cuidado sin tener en cuenta que puede ser una experiencia dura en la que se establecen relaciones de poder, chantajes emocionales o de otro tipo en ambas direcciones, actitudes egoístas, etc

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Si deseas asistir al café filosófico de Benavente, serás bienvenido el lunes día 7 a las 7 de la tarde.

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