martes, 16 de diciembre de 2014

¿ASUMES TU RESPONSABILIDAD O SIGUES ECHANDO LA CULPA A LOS DEMÁS?



Responder a esta pregunta es una forma de medir la responsabilidad de una persona, así que como su grado de crecimiento y madurez. En este sentido, aquí tenéis otras tres interesantes reflexiones en torno a la respons(h)abilidad de los alumnos del curso de Excelencia Personal:



¡Qué diferente se ve la vida cuando alguien te enseña que se puede mirar de otra forma los problemas y que podemos reaccionar de otra forma a nuestros reflejos!

He descubierto que la mayor parte de nuestra vida la vivimos sintiéndonos víctimas de todo, he perdido el partido por culpa del árbitro, he llegado tarde por culpa del tráfico, y no nos hacemos responsables de ello, he perdido el partido porque no he jugado bien, he llegado tarde porque no previne que el tráfico podía empeorar.

¿Qué podríamos hacer para cambiar esto? Ser proactivos o, lo que es lo mismo, tomar la iniciativa y actuar en consecuencia para que todo salga como queremos que salga. Mirando los ejemplos, podríamos reaccionar pensando que deberíamos entrenar con más ganas, con más nervio, con más intensidad. Podríamos salir más temprano de casa y así evitar el tráfico denso, o cambiar de ruta. Nuestra respons(h)abilidad es el resultado de nuestra habilidad para elegir la respuesta en base a nuestros valores, pero tenemos valores heredados de los cuales no somos conscientes.

Aprender a ser proactivos y responsables nos va a ayudar mucho en el futuro a la hora de pensar cómo resolver y afrontar futuros problemas. Nunca es tarde para empezar a ser proactivos, se necesita mucha práctica porque las costumbres pueden con nosotros, pero poco a poco y poniendo en práctica lo que nos enseñan conseguiremos sentirnos mejores personas.

Yo he empezado a cambiar mi forma de responder en situaciones cotidianas, como por ejemplo:
  • “No he tenido tiempo para...”, por, “no he sabido organizarme y sacar tiempo para...”
  • “No me salen buenas las albóndigas...”, por, “hay algún paso en su elaboración que no lo hago bien...”

Y alguna vez me he encontrado corrigiendo a algún amigo, haciéndole ver que él es el responsable de lo que me cuenta. Una vez, a mi pareja, que venía quejándose de que llegaba tarde la mayoría de los días a los montajes en casa de los clientes por culpa de un compañero porque éste siempre llegaba tarde y eso provocaba que él saliera tarde, le dije que él era el responsable por permitir que su compañero llegara tarde y por esperarle, que la próxima vez no lo hiciera y así llegaría a la hora.

Sigo intentando poner en práctica mi lado proactivo y de responsabilidad.

ANA GONZÁLEZ

El valor proactividad/responsabilidad, por suerte, no es nuevo para mí, debido a haberlo trabajado en los anteriores cursos de Inteligencia Emocional realizados en UGLE.

Se puede sintetizar en la frase "ocúpate" en lo que puedes influir y "preocúpate" en lo que no puedes influir lo justo, hasta analizarlo y entender cómo nos influye a nosotros, sin que nosotros podamos influir en él.

Es un principio que, desde que lo vimos en anteriores cursos, intento aplicarlo y transmitirlo a mis hijos. Pero es un valor que hay que interiorizarlo y creer en él (bueno eso en todos los valores) que, personalmente, creo que no me resulta especialmente difícil de aplicar y de explicar al resto de los mortales, sobre todo en casa.

Lo que produce es una "economía" de esfuerzos y/o pensamientos, haciendo que nos centremos en cuestiones determinadas en las que podemos influir directa o indirectamente, lo que produce una eficiencia en los resultados de nuestros esfuerzos y/o pensamientos.
JAVIER BLÁZQUEZ


Quizás no he aprendido casi nada nuevo, pero como sucede con muchas cosas importantes, aunque lo tenemos a la vista y es obvio, no lo vemos o no lo practicamos. Bien, quizás, después de la primera semana de formación, prefiero cambiar la expresión por “no lo veo o no lo practico”.  

La proactividad es un concepto del que me hice consciente hace ya algún tiempo, en el que parcialmente he mejorado con el tiempo, si bien de manera insuficiente. Esta semana:
  • Me ha ayudado a reflexionar al respecto: me ha aportado un punto de vista más amplio.
  • Y, sobre todo, ha incrementado mi grado de consciencia: la proactividad es en buena medida un ejercicio de imaginación, te obliga a meditar sobre toda la jugada previamente, decidir cómo te posicionas y asumir las consecuencias.
  • Me hace reflexionar sobre la empatía: tener más presentes a los demás.   
Una de las limitaciones de este tipo de formación es que una cosa es “estudiártelo” y, otra, interiorizarlo y asentarlo:
  • Le he dedicado unas energías limitadas: hoy es jueves, ha pasado una semana desde la última clase, y lo cierto es que la intensidad de mi pensamiento respecto a este tema va decayendo….
  • Hacer este ejercicio, sin embargo, ha despertado la intensidad.
Es decir, si no te lo trabajas no mejoras, y para ello se requieren voluntad y herramientas de trabajo, como por ejemplo las actividades que nos has pasado, que te ayuden a desarrollar los temas en tu vida (hijos, pareja, trabajo…).

JOSU ITURBE

FOTOGRAFÍAS: MERTXE PEÑA



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