Gainzuri es el colegio público de Zubi y, antes de terminar este curso, no quiero dejar sin agradecer los dos pequeños reconocimientos que hemos recibido desde allí.
El primero se lo debemos a su actual director, Iñaki Etxaniz. Iñaki fue mi alumno de Filosofía cuando yo hacía mis pinitos de profesor en La Salle y guarda entre sus recuerdos el hecho de que yo le animara a estudiar Magisterio, cosa que, según él, fue determinante para que lo hiciera. Es un ejemplo de algo en lo que he reflexionado mucho: el poder (y responsabilidad) que tenemos los docentes y orientadores a la hora de incidir en el futuro académico y profesional de muchos alumnos que no tienen nada claro por dónde dirigir sus pasos.
El caso es que fue un acierto y ahora vive su profesión de "maisu" (maestro) y su cargo de director con un entusiasmo y una pasión envidiables. El entusiasmo le lleva a ver el futuro de la educación con optimismo y confianza (pues ¿qué otra opción digna hay para quien se dedica a la educación de niños y jóvenes?) La pasión, por su parte, le hace vivir el día a día con la misma fuerza que proporciona sentir que te estás dedicando a aquello para lo que estás hecho (antes se llamaba "vocación" y se consideraba muy importante a la hora de elegir una profesión). Por si fuera poco, es joven y todavía no se ha "quemado" ni ha desarrollado ninguno de los síntomas propios de la enseñanza tales como la amargura, la desilusión, el hastío o el cinismo que, si no estás muy al loro, se van apoderando cuando llevas unos cuantos años. Sin embargo, Iñaki es el prototipo de persona "creacrítica", que aúna creatividad y sentido crítico (en el fondo, lleva a un filósofo dentro). Quizá por eso tuvo la deferencia de leerse el trabajo ganador del concurso Filosofía de Urgencia que ganaron los alumnos de Bachillerato de UGLE y presentarlo en el claustro de Gainzuri como un ejemplo de innovación educativa, ya que el trabajo estaba hecho a partir de noticias de prensa recogidas por los alumnos, de las preguntas que esas noticias suscitaban en ellos y del debate crítico posterior. Así pues, Iñaki, te doy las gracias.
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