lunes, 14 de julio de 2014

CÓMO INYECTAR E INYECTARTE AUTOESTIMA EN 45 SEGUNDOS: ¡AÚN ESTÁS A TIEMPO!

Primero, mira estas imágenes, por favor. Pertenecen a Criadas y señoras (The Help), película estadounidense del año 2011 y dirigida por Tate Taylor. Si la traigo a colación no es por las historias de humillaciones y mezquindades que se suceden entre mujeres blancas pequeñoburguesas descendientes de familias esclavistas, y criadas negras descendientes de esclavas, sino porque hay una escena de 45 segundos que ilustra bastante bien qué es la autoestima. Mira:




¡Y eso que esa criada no es su madre! ¿Te imaginas que desde pequeñita te hubieras despertado con esas palabras y que tus padres, desde su propio convencimiento, te las hubieran hecho repetir para que las fueras interiorizando y tú misma te convencieras de ellas hasta que formaran parte de tu credo? Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante. Tú eres bueno, tú eres listo, tú eres importante.  Y no solo con palabras. ¿Te imaginas que, desde pequeñito, cuando se te ocurría y proponías una idea, te hubieran lanzado una mirada de reconocimiento aunque no la hubieran aprobado? ¿O que, cuando querías expresarte en una comida familiar y balbuceabas sin saber muy bien qué decir y cómo decirlo, hubieran esperado a que terminaras de hablar? ¿O que, cuando se te caía un vaso y se hacía añicos, no te hubieran echado aquella bronca descomunal que te hacía a ti añicos por dentro? ¿Te imaginas que, a través de los gestos, las miradas, el trato… que te daban tus familiares y conocidos, te hubieran transmitido el mismo mensaje? Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante. Tú eres bueno, tú eres listo, tú eres importante. 

¿Y qué decir de tus profesores? ¿Te imaginas que, cuando te preguntaban en clase en qué año cruzó Tarik el estrecho de Gibraltar y no lo sabías delante de todo el grupo, no te hubieran hecho sentirte tonta? ¿O que, cuando no entendías en qué lugar de este mundo estaban los dichosos senos y cosenos, tu profesor hubiera entendido que no lo entendieras? ¿O que, cuando te temblaban las piernas antes de empezar la carrera para saltar aquel potro de los cojones, hubieras podido elegir no saltarlo para evitar que se rieran de ti cuando te dieras de bruces con él y te cayeras? ¿O que, cuando tu tutora te daba el boletín de notas con siete suspensos, te hubiera dicho de una manera u otra que, aunque hayas sacado unas notas desastrosas, tú eres bueno, tú eres listo, tú eres importante; tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante?

Pues así entiendo yo la autoestima: la aceptación incondicional e íntegra de un ser humano que es mucho más que el conjunto de sus virtudes y sus defectos, de sus fortalezas y carencias o limitaciones; el amor incondicional hacia un ser humano que es mucho más que el conjunto de sus conocimientos, capacidades y actitudes. De esta manera, cuando crees firmemente que, pese a tus aciertos o errores,  tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante; o que, pese a tus éxitos o fracasos, tú eres bueno, tú eres listo, tú eres importante, y sientes y actúas a partir de esa creencia, podemos decir que tu autoestima tiene una base firme y las tres dimensiones básicas de tu personalidad quedan protegidas: la dimensión ética (eres bueno), intelectual (eres lista) y tu valía personal (eres importante).

Así que, si eres madre o padre, aún estás a tiempo: DÍSELO Y DEMUÉSTRASELO. Si eres docente, aún estás a tiempo: DÍSELO Y DEMUÉSTRASELO. Pero ten en cuenta que la autoestima solo admite el grado positivo (eres buena, lista e importante), pero no el grado comparativo (eres más bueno, más listo o más importante que…), ni el grado superlativo (eres la más buena, la más lista o la más importante). Y no te olvides del abrazo que da la criada a la niña, que es otra forma de reforzar el mensaje verbal.

¿Y qué pasa si a ti no te lo dijeron ni te lo demostraron y ahora tampoco nadie te lo dice ni te lo demuestra? Pues no hay ningún problema. Aunque es importante reforzar la autoestima durante nuestra infancia, de adultos lo podemos hacer nosotros mismos. Tú también estás a tiempo: ponte delante del espejo, mírate a los ojos y DÍTELO (Tú eres bueno, tú eres lista, tú eres importante) y DEMUÉSTRATELO (trátate continuamente como tratarías a una persona buena, lista e importante). No te preocupes si al principio te da vergüenza, te parece ridículo, te suena a falso o te ves prepotente. Dítelo por lo menos una vez al día hasta que percibas que tus palabras, tus sentimientos y tu mirada se van ajustando entre sí hasta que te resulten cada vez más sinceras y honestas.


¡YA VERÁS QUÉ BIEN!

1 comentario:

  1. Que sencillo artículo, pero que gran mensaje para todos ...
    Gracias por compartirlo

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