Participantes del café filosófico 23-04-2020 |
Intenso café en torno a dos realidades trastocadas durante el confinamiento: la libertad y la seguridad. Nos conectamos 14 personas Ana, Carmen, Diego, Enrique, Iskandar, Itsaslore, Javier, Juanber, Martxeli, Mikel, Mónica, Paule, Xiscu y yo. Estuvimos dialogando de 18:00 a 20:30 (algunos se fueron para el aplauso de las 20:00). Normalmente, en una primera intervención entramos en el problema respondiendo a la pregunta, en una segunda intervención profundizamos en alguna o la problematizamos y, en una última intervención, cada participante aporta una última idea o conclusión...
En cada sesión se incorpora alguien nuevo. Y al hacerlo por Internet, es posible la magia de que se conecten personas de aquí (de Zumarraga y Urretxu), pero también de Legazpi, Irura, Bilbao... y hasta de Mallorca; y nos conozcamos y reflexionemos en grupos pese a las distancias físicas. Otra hermosa paradoja: estar encerrados en casa nos permite conocer gente "de fuera". ¿"De fuera"?
Son muchas las ideas que surgieron, lo cual complica resumir la sesión sin dejar nada en el tintero. En general, hubo cierto consenso en que, en la situación actual de epidemia, está justificada la suspensión de ciertos derechos y libertades (desplazamiento y movilidad, trabajo...) para poder asegurar mejor nuestra salud y seguridad, y que la clave está en lograr un equilibrio razonable entre ambas cosas, o sea, que la restricción de libertades en pro de la seguridad sea proporcional a la gravedad de la situación. Sin embargo, salieron algunas preocupaciones en torno a este problema.
En primer lugar, flotó sobre el ambiente la sospecha de que hay dos realidades, lo cual se percibía en expresiones como: "Si lo que nos dicen es cierto"... "Por una parte hay un discurso oficial y, por otra, otros discursos...", "Con lo que sabemos..." Y vivir en una realidad u otra depende de la información: ¿es el propio Gobierno el que no tiene toda la información o la tiene pero la dosifica o la manipula de alguna manera? El problema es que esa falta de información nos deja en una situación de ignorancia o incertidumbre, de no saber muy qué pasa y cómo afrontarlo, y repercute en otro derecho básico: conocer la realidad y hacerse una opinión sobre la misma.
En segundo lugar, hubo quien suavizaba la suspensión de libertades por considerarla transitoria, pero también hubo quien la consideraba algo muy grave, por lo que veía la necesidad de que alguna institución supervisara o controlara este tipo de medidas, algo que, según otros, ya ocurría, ya que el propio sistema democrático-liberal tiene sus propios medios para ello e, incluso, algunas de las medidas tomadas por el Gobierno han sido recurridas. En este sentido alguien mostró su preocupación porque este acontecimiento provoque una deriva hacia una sociedad que prioriza la seguridad, ya que esto puede dar lugar a que el Estado aumente el control sobre la ciudadanía, y control no es lo mismo que seguridad.
Otro aspecto que también salió fue el de la siempre difícil relación entre el individuo y el Estado. Frente al modelo del norte de Europa de apelar más a la libertad y responsabilidad del individuo a la hora de proteger y protegerse, se puso el modelo chino, donde el Estado ejerce un control total sobre los movimientos de los individuos, llegando incluso al control digital de los mismos, utilizando para ello aplicaciones para el móvil. Entre estos dos polos parece que en España estaríamos en una situación intermedia. Sin embargo, tampoco faltaron críticas a la actitud paternalista del Gobierno, que impide el ejercicio de la libertad individual para decidir cómo garantizar la seguridad. Claro, el problema es que ejercer mi libertad no solo repercute en mi seguridad, sino en la seguridad de los demás, lo cual hace más complejo que el individuo pueda decidir por sí mismo entre una y otra. También se criticó que las medidas tuvieran como fin la seguridad cuando en los hospitales, por ejemplo, han faltado medios para ello o cuando el propio confinamiento puede provocar problemas de salud. O que las medidas se apliquen de manera uniforme.
La importancia que han adquirido los científicos, técnicos y expertos llevó a que alguien preguntara para qué queremos políticos si tenemos técnicos y expertos, tocando así uno de los problemas de las democracias actuales que se convierten en tecnocracias. Es algo que ya advertía Jürgen Habermas en 1968 en su Ciencia y técnica como ideología. Al convertirse la política en la gestión de problemas técnicos (económicos, medioambientales, administrativos...) son los propios técnicos y expertos los que toman las decisiones, no habiendo sido elegidos por los electores para ello.
Se hicieron algunas consideraciones sobre la libertad y seguridad: vivimos con unas cotas de libertad y seguridad como nunca las ha habido gracias al Estado de bienestar en el que vivimos. La libertad y seguridad nunca son absolutas ni se ejercen en abstracto, sino en circunstancias concretas. El ejercicio irresponsable de la libertad puede perjudicar la seguridad. El miedo y la incertidumbre hacen que obedezcamos. La libertad no es fácil y requiere responsabilidad, disciplina y madurez...
Tuvimos ocasión de recordar y reaprender algunos conceptos de la psicología freudiana. En este sentido, la libertad sería encontrar un equilibrio entre el Ello (parte inconsciente de nuestra psique donde están nuestra pulsiones y deseos y que se guía por el principio del placer) y el Yo (instancia que media entre el Ello y el Superyó y que se guía por el principio de realidad).
Termino con otro psicoanalista (y filósofo) alemán: Erich Fromm (1900-1980), que se citó un par de veces en el diálogo. Recordamos su obra El miedo a la libertad (1941), donde analizó las condiciones que hicieron posible el surgimiento del nazismo. Defendía que cuando el miedo y la incertidumbre se apoderan de la gente, ésta es capaz de renunciar a su libertad y echarse en manos de grupos autoritarios que les "garanticen" la seguridad. En este contexto, "el acto de desobediencia como acto de libertad, es el comienzo de la razón". Creo que la idea de Nina Simone es adecuada también.
Para el jueves 30 trataremos alguno de estos temas que habéis ido proponiendo o alguno más que propongáis.
Hasta el jueves 30 y... ¡SAPERE AUDE!
- ¿Estamos padeciendo mucho estrés digital en el confinamiento?
- ¿La gran cantidad de información que recibimos nos permite formarnos un criterio propio o bien la bien la asumimos acriticamente?
- ¿Cómo nos va a afectar emocionalmente a medio y largo plazo el confinamiento?
- ¿Cómo sobrellevar un duelo cuando no ha habido opción de despedirse de la persona?
- Estamos abocados a una nueva normalidad del control digital?
- ¿Los ancianos tienen menos derecho a quejarse?
- ¿Hay que priorizar unas vidas sobre otras cuando parece que no hay atención sanitaria para todas? ¿Con qué criterio(s)?
- ¿Es más feliz quien ama o quien es amado?
- ¿Es posible ser feliz sin cierta dosis de conformismo?
Hasta el jueves 30 y... ¡SAPERE AUDE!
Magnífico resumen, Pello. Enhorabuena. Añado tres comentarios. En primer lugar, como dijimos, después de la Segunda Guerra Mundial hay, en Europa, un replanteamiento del liberalismo que aumenta la participación de los Estados favoreciendo el acceso universal a unos servicios públicos potentes, sanidad, enseñanza, pensiones , paro.... que mitigan los riesgos de la desigualdad. Así, podemos decir que el Ministerio de Sanidad, p.e., entra en el ámbito de la seguridad. La seguridad de cada ciudadano para poder, dentro de sus circunstancias, tomar decisiones más libremente, como se decía entonces: "garantizar a todo el mundo la seguridad del ejercicio real de las libertades constitucionales". Se interrelacionaba la libertad y la seguridad, como se vincularon los intereses de las naciones -tu riqueza es la mía-, como se relacionaron las clases sociales-quién más tiene más paga-, así como las generaciones-quién trabaja paga las pensiones de los mayores-...
ResponderEliminar2.- Sobre el control democrático del Decreto de estado de alarma: El ejecutivo ha llevado al Parlamento un decreto, con veinte de capítulos y cada uno de ellos con sus correspondientes apartados, para su aprobación por mayoría absoluta. El Decreto que tiene que cumplir con una Ley Orgánica, a su vez escrita y aprobada -significativamente- después del 23F del 81. Y basada esta última en la Constitución. Es decir control del ejecutivo por el legislativo y el poder judicial, para ver hasta donde se puede llegar. Es fundamental a posteriori el seguimiento y la vigilancia activa por parte de los partidos políticos y la sociedad civil.
3.- Creo que estábamos de acuerdo en la necesidad de explicar de qué hablamos cuando decimos libertad, porque, ¿quién no tiene esa palabra por bandera?. En nuestras sociedades tenemos libertades individuales ( afirmadas en la propiedad, y ese es uno de los problemas actuales, porque su acceso y disfrute tiene que ser para todos ), derecho (hay!) a la privacidad, y además la libertad de interactuar en el espacio público, de relacionarnos - si queremos -, y sobre todo de constituir lo que últimamente se llama la esfera pública o sociedad civil : es decir un espacio en el que los ciudadanos, al margen del Estado, podamos organizarnos para para hablar de nuestros problemas y conflictos
La servidumbre ha sido la constante a lo largo de la historia de nuestra especie si elimina la incertidumbre del vivir, da seguridad, está todo claro. Soy de una generación, nací el 53, que al calor de los 60-70, años en la que compartíamos la creencia del fin del capitalismo, y a su rebufo surgieron tanto movimientos de vida alternativos, como la puesta al día de uno de los totalitarismos del siglo veinte. La división de contrarios amigo/enemigo. Y el prestigio de solucionar los conflictos a tiros. El jueves citamos a Sartre, que pasó de stalinista a maoísta. Las libertades a las que me he referido arriba algunos las llamaban, con desdén, libertades burguesa o pequeñoburguesas.
Y no olvidarnos que estábamos en un tránsito de la sociedad industrial a la sociedad digital y al mundo de la inteligencia artificial. Y en estas llegó el virus.
Saludos y hasta el jueves