Variadas propuestas como candidatas a "virus perjudicial" las del café filosófico del jueves 30 de abril. Nos conectamos 14 personas: Andoni, Ane Miren, Diego, Enrique, Iskandar, Itsaslore, Javier, Lourdes, Mª Carmen, Oier, Pere, Saioa, Saúl y yo; algunas habituales y otra nuevas. Unas de aquí, otras de allá, pero todas de Telépolis, término que utilizó Javier Echeverría (quien fuera profesor mío en la Facultad de Filosofía de Zorroaga) en su obra homónima para referirse a esa nueva comunidad que se comunica a distancia.
Vamos con los virus, es decir, con todas aquellas ideas o actitudes que resultan peligrosas por el perjuicio que pueden ocasionar en la sociedad. Algunos los he agrupado por temas.
Primer virus: no querer saber y no querer aprender. En lugar de utilizar las experiencias anteriores para aprender y poder afrontar más inteligentemente experiencias como las que estamos viviendo, la soberbia hace que despreciemos el aprendizaje. Frente a esa soberbia, la humildad es la auténtica aliada del querer saber. Ya lo dijo Sócrates: "Solo sé que no sé nada". Ese el verdadero inicio del aprendizaje y del amor (filo) al saber (sofía). Otra participante que no se pudo conectar pero me envió por correo su aportación hablaba de la falta de interés por aprender y por el conocimiento. Esto puede llevarnos a una situación de credulidad, ignorancia y pasotismo haciéndonos vulnerables, y también a que seamos menos críticos y no pensemos por nosotros mismos, ya que no tenemos la base necesaria para hacerlo, siendo así una sociedad fácilmente manipulable.
Segundo virus: la insolidaridad (fue mencionada dos veces). La insolidaridad es un peligro porque crea una sociedad de individuos egoísta y porque cada uno de nosotros podemos llegar a ser víctimas de nuestra propia insolidaridad (¿es este, paradójicamente, un argumento egoísta?). Hubo quien problematizó esta insolidaridad, pues se argumentó que las sociedades que disfrutan de un Estado de Bienestar como el nuestro, son las sociedades más solidarias que han existido, ya que la solidaridad no se deja al albur de los individuos, sino que se institucionaliza y, gracias a las aportaciones que obligatoriamente todos hacemos, se garantizan determinadas ayudas, subvenciones, subsidios... para las personas más necesitadas.
Tercer virus: el miedo, viejo conocido ya en esta pandemia. El miedo es un peligro porque paraliza, agarrota, atenaza a la persona y a la sociedad impidiéndonos vivir libremente y desarrollar todas nuestras potencialidades. Relacionado con este miedo apareció el cuarto virus: la intransigencia de algunas personas. Funciona de la siguiente manera: el miedo a ser contagiados por nuestros vecinos o conciudadanos, hace que los veamos como posibles enemigos y no soportemos su presencia o cercanía, llegando incluso a recharzarlos o denunciar su presencia, etc.
Quinto virus: la ceguera espiritual. Ésta consiste en una inconsciencia para darnos cuenta de que la mente no es la única manera de captar la realidad. Hay otras formas de abrirnos a la realidad y de hacernos más conscientes: a veces el mismo respirar puede convertirse en una forma distinta de captar la realidad, o abrirse al silencio y hacernos más conscientes para no caer en la locura en la que estamos inmersos: "hacer siempre lo mismo esperando obtener resultados distintos".
Sexto virus: el ego. El ego sería esa parte inconsciente de nosotros, insaciable, que busca la satisfacción de sus propios deseos e intereses, que tira de nosotros arrastrándonos hacia el miedo, la ceguera y el sufrimiento, puedes puede llegar a interpretar erróneamente las cosas y provocarnos un gran sufrimiento.
Séptimo virus: el empleo tal y como está institucionalizado en el sistema capitalista en que vivimos y la competitividad. Numerosos empleos provocan, por una parte, trastornos mentales como el estrés, ansiedad y depresión y, por otras, situaciones de paro, pobreza y condiciones laborales de esclavitud agravadas por la globalización.
Octavo virus: "yo sé de todo y yo opino de todo" o síndrome del cuñado (o cuñadismo). Este virus ataca a algunas personas que, aunque no tienen conocimientos en una materia, se creen que lo saben todo y expresan su opinión como si se tratara de una verdad absoluta, además de provocar una sordera que le imposibilita escuchar a los demás. Las consecuencias suelen ser negativas, por ejemplo, rotura de relaciones o su propia exclusión por parte de la gente.
Noveno virus: la superpoblación. Este supone (y supondrá más en un futuro) un grave peligro por lo que trae consigo: explotación masiva y agotamiento de recursos naturales, destrucción de ecosistemas, mayor pobreza, más competitividad para vivir y sobrevivir, más conflictividad y agresividad.
Décimo virus: la falta de empatía, la indiferencia hacia los demás, que sería la fuente de la insolidaridad y la intransigencia antes mencionadas.
REFLEXIONES FINALES:
La última parte en la que cada participante expone su valoración o conclusión final se ha convertido en una especie de citología (de "cita", no de "célula"), recomendaciones. Aquí van algunas:
Con respecto al miedo, una fragmento del escritor Eckhart Toll: "El estado de miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real o inmediato. Puede adoptar diversas formas: desazón, preocupación, ansiedad, nervios, tensión, temor, fobia, etc. El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y en el ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Y si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, es brecha de ansiedad será tu constante compañera. Siempre puedes afrontar el momento presente pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no puedes afrontar el futuro."
Con respecto al síndrome del cuñado, una cita del gran filósofo, matemático, lógico, activista y escritor Premio Nobel de Literatura británico Bertrand Russell (1872-1970): "Gran parte de los problemas actuales del mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas".
Con respecto al ego, una cita del psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961): "Hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, éste dirigirá tu vida y tú le llamaras destino".
Con respecto al empleo (y como era víspera del 1º de Mayo), un libro: Manifiesto contra el trabajo, del Grupo Krisis.
Y para finalizar, una frase del poeta zamorano León Felipe (1884-1968): "Ni el infierno...Ni el fuego ni el dolor son eternos".
Él próximo jueves 7 de mayo a las 18:00 haremos el siguiente café filosófico con el segundo tema elegido: ¿Es posible ser feliz sin una cierta dosis de conformismo?
Muchas gracias a los participantes y hasta el jueves 4 a las 18:00.
¡SAPERE AUDE!